Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Teresa Gil
El Tren Maya será inaugurado y puesto en funcionamiento el mes de diciembre próximo según lo ha asegurado muchas veces el presidente Andrés Manuel López Obrador. La lucha ha sido intensa, no solo como obra, sino por las embestidas políticas que ha recibido dicha obra. La intervención de miles de trabajadores, técnicos, ciudadanos que han cedido ante la magnitud de la construcción, han sido la piedra angular junto con el estado inversor y su impulsor el propio gobierno, del que será uno de los camineros mayas ¿Por qué entonces, el jefe del ejecutivo menciona a un “creador” en esta magna obra? Desde luego se refiere a uno de esos seres invisibles que los humanos llaman dioses y que para algunos impulsan su vida y todos sus actos. En esto entra el mundo de las creencias de cada quien y es la salvaguarda de una fe que cada quien a nivel personal, tiene, ¿Por que entonces mezclarla con obras reales impulsadas por un estado que hace muchos años está desvinculado a esas creencias? Si la Carta Magna separa tajantemente las iglesias del estado, nuestros gobernantes deben hacerlo a fuerzas. Es el mandato superior. Hay, además, de paso, una ofensa a los millones de no creyentes en este país. Se apoya la lucha de este gobierno por sacar esta obra contra viento y marea de sus opositores, pero deben marcarse las pautas que las mismas leyes del laicismo fijan a los que gobiernan, desde el siglo XIX.
MIGUEL HIDALGO FUE MÁS PRÁCTICO: USÓ ESTANDARTE DE UN SER REAL
Escribo esto en el cumpleaños 270 de don Miguel Hidalgo y Costilla, el padre de la Patria. Y en su recuerdo, dentro de las vicisitudes de la fe religiosa, hay que reconocer que el gran cura, nuestro libertador a costa de su vida, fue un hombre práctico. El no utilizó a dioses invisibles, sino a aquel ser real que debió haber sido la Virgen de Guadalupe Las vírgenes y las santas de la iglesia católica fueron en muchos casos seres reales. Ahí tenemos a Teresa de Calcuta, el caso más reciente, pero otra santa que dejó mucho ejemplo de su paso por la vida fue la Santa de Ávila, Santa Teresa de Jesús. Aunque no soy creyente, leo a menudo sus Moradas (Biblioteca virtual Miguel de Cervantes) y he ido a visitar su reducto, el de aquella antigua fuga con su hermano en su niñez, señalada históricamente en la ciudad de Ávila. Los que tienen a las santas y vírgenes dentro de su fe, en realidad están haciendo un reconocimiento a actos humanos para los demás, humanismo, gestos valiosos que deben de ser reconocidos. En un sentido negativo, Joe Biden es práctico. Mientras envía millonadas de dólares a su vasallo Zelensky para que impulse la guerra en Ucrania, cuando viene a México se postra ante la imagen de la Virgen de Guadalupe, de la que es devoto. Es la gran contradicción de los seres humanos. En forma diferente nuestro gran Padre de la Patria utilizó un estandarte virginal para buscar nuestra liberación. Ahí está la gran diferencia.