Libros de ayer y hoy
Zedillo y lágrimas de doña Piña, por lo perdido
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Doña Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ofreció sus lágrimas
públicas ante el ex presidente Ernesto Zedillo, quien realizó una presunta reforma judicial en
la que a nivel individual y sin consultar a nadie, dejó a la Corte sin ministros y los cambió a su
antojo de inmediato. Un segundo que hubiera durado ese cambio, dejó fuera a un poder
mostrenco y al estado. Ese es un hecho por el que no se ha juzgado a Zedillo, por la
peligrosidad que significó y que no prescribe por cierto. Podían haber sucedido miles de
cosas, una de ellas, el desconocimiento de México como país. No se sabe si doña Piña
hubiera estado contenta en su totalidad el que se ejerciera lo mismo en estos tiempos,
porque ella y los demás ministros saldrían votando. Pero para apoyar a quien vive felizmente
en el extranjero fue capaz de echar sus lágrimas en reproche a que las cosas no fueron así
esta vez. Fue en la reunión de la Asociación Internacional de abogados, en la que Zedillo fue
el orador inicial y en la que se demostró que el derecho también se interpreta en lloriqueos.
Podría decir la jueza, inspirada en mis muy admirados Ángeles negros:
Si me ven que estoy llorando
es que a solas voy sacando,
la nostalgia que ahora vive en mi.
No me pidan ni una explicación
si es que no ha de hallar mi corazón,
la felicidad que ya perdí.
ENVÍAN TRANSNACIONALES A ZEDILLO, PERO IGNORAN SU REALIDAD
Sorpresiva esa aparición de Ernesto Zedillo, muy apropiada en realidad porque por lo que
trasciende y se publica, es que es un enviado de transnacionales que tienen el pulso
acelerado. Pero lo hicieron sin saber lo que mandaron, cual es la verdad de la presencia que
el señor tiene aquí. Desligado del partido que lo encumbró y que lo considera traidor por el
apoyo de triunfo que dio a Vicente Fox, llega de visita impulsado por esas transnacionales
nerviosas, que a mal santo se encomendaron. Habrá que ver como se negoció esa llegada
de un tipo que se asiló con el vecino, cargado de todos los datos y conoceres de nuestro
país. No es raro entonces que doña Piña lo apoye, porque ella misma ha movido los hilos
externos para desprestigiar la reforma del poder donde ella todavía se mueve…y llora
Porque el llanto
le hace bien al alma,
si ha sufrido perdiendo
la calma.
Y yo quiero olvidar
que tu amor, ya se fue.
HIPAR. GIMOTEAR: “DESPECTIVO, LLORAR SIN FUERZA POR CAUSA LEVE”
Las expresiones públicas del llanto tienen muchas razones y en México hay hasta quienes
prestan el servicio cuando es necesario. Es el caso de las plañideras que se contratan para
llorar en los funerales. Está el llanto de los actores, el de quienes quieren exhibir pesar sin
sentirlo, el de la gran furia, el que expresa en lágrimas su canto, el que tiene un motivo…de
los Freddy’s:
Déjenme llorar,
como llora un niño.
Quien en este mundo
no ha llorado nunca
por algún motivo.
CUANDO NO SE USABA PARA LLORAR UNA REFORMA, EL LLANTO YA ERA COMÚN
La canción popular, no digamos los tangos, se ha nutrido de las lágrimas como elemento
central de muchas canciones. Después de todo el amor, el dolor, la tristeza y todos los
sentimientos que se añaden, parten de la generalidad de lo que se canta. Solo los
comunistas han creado maravillas a partir de la Internacional que hace llorar de emoción.
Pero casi siempre, el llanto parte de una herida. Cantaba King Clave:
Mi corazón lloró
y ella no contestó
pasan los días sin fe,
con este amor
quemándome.
O bien, aparece la valentía del macho que al llorar se justifica por la calidad de dolor que lo
hace llorar.
Dicen que los hombres
no deben llorar,
por una mujer
que ha pagado mal.
Pero yo no pude
contener el llanto,
cerrando los ojos
me puse a llorar.
Miles de expresiones se pueden mencionar para justificar el llanto que puede ser real o
fingido ¿Cual habrá sido el tipo de llanto de la presidenta del PJF que nos permita trasmutar
aquella frase histórica de la sultana Aixa dirigida a su hijo Boabdil llamado “El chico”, por
haber perdido su reino? Y que le cabe a la jueza, por su reciente reacción, ¿Será éste?: No
llore como cobarde, lo que no pudo defender con una verdadera justicia.