Libros de ayer y hoy
Como dársela de expertos en bocados callejeros
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La CDMX puede darse el lujo de presumir su comida callejera. Y el mensaje lo da sobre todo
para los turistas. Y es que el turismo no es solo la presunción de un sitio, sino la exposición
de datos para mostrar esa presunción. La publicación de una guía culinaria para encontrar la
mejor exposición de comida que se expone en las calles, es no solo una información, sino
una forma de vincularse con el visitante, a través de las costumbres y sabores de un lugar. Y
que mejor manera de darse a conocer en algo fundamental como es el alimento, que los
prodigios de una cocina que se exhibe en las calles. En la capital son miles de sitios los que
pueden darse el lujo de dar esa lección, en cada barrio, cada esquina y cada diversidad de lo
que venden. Si algo tiene México es la gran variedad de sus guisos, pero la necesidad, el
tiempo y la amplitud de las grandes ciudades como la CDMX, concentra los sabores en
exquisiteces que terminan en clásicos, en los más diversos lugares ¿Quién no sabe del taco
mexicano, sus quesadillas, sus tlacoyos, sus tortas, sus tamales de todo tipo y el caldito
callejero de pollo o la birria de borrego que todavía se expende en las calles, en las
banquetas, o en las casetas presumidas porque son de lámina?
LA SECRETARÍA DE TURISMO DE LA CDMX, SE LA DA DE EXPERTA EN TACOS
Buen plan de la Secretaría de Turismo de la capital, de lanzar la guía mencionada en la que
da una amplia información al turista sobre esa comida callejera tan famosa en muchas partes
del mundo. No es la primera vez que se busca dar todo tipo de informes sobre lo que es
clásico de toda gran ciudad en el mundo, la comida barata, limpia, nutritiva y sabrosa. A ello
se agrega la economía en el gasto. Tengo en mi poder por mis viajes, pequeños libros y
guías de países que dan informaciones de ese tipo de sus varios lugares y centros de
diversión entre muchos, pero no se hace una lista tan profusa como la de la comida
mexicana. No es presunción, pero no se iguala. Antes de sentarme a escribir, di una vuelta al
antiguo parque Arnaíz cercano y pese a la lluvia, estaban en plena venta de alimentos
¡quince localitos banqueteros! Sitios que se adaptan al clima además, porque en muchas
partes en la mañana fría se expende atole y café calientes y en las tardes lluviosas, bajo
enormes paraguas en banquetas, chocolate casi hirviendo. La gran mayoría de esos sitios
son de una gran pulcritud. No he podido tener a la mano la guía de la Secretaría, pero al
parecer la lista es de lugares callejeros que tienen plena fama, sobre todo en los centros de
la ciudad y sus alcaldías.
EXTRANJEROS LE PONEN AL TURISTA DATOS A LA MANO, PERO NO LA COMIDA
Como ejemplo de la forma como se ha promovido la capital con otras guías, tengo a la mano
sobre la CDMX y sus muchas maravillas: Descubra la Ciudad de México, Guía de diversión
familiar, que da a conocer todos los bellos sitios que no solo la familia sino el turista pueden
recorrer, pero es negativa en comidas populares y en restaurantes. Lo más que hace es
señalar direcciones de refresqueras, de cocinadoras de donas y otras bebidas y alimentos.
Del extranjero es clásica la de Cataluña: Cómo dárselas de experto en Barcelona, con toda la
maravilla que tiene dentro y en sus alrededores esa gran ciudad y a sus destacadas
personalidades. Escrita por J M Carandell, nos muestra no solo cada barrio y espacio de la
ciudad, sino a sus creadores, los personajes que han surgido, sus símbolos, pero poco de
comida al turista. Lo mismo pasa con Italia, la guía oficial que se renueva periódicamente con
ese nombre, que habla de todo lo extraordinario que es ese país, pero la información de su
comida queda estancada pese a las exquisiteces famosas que tiene. Si acaso se menciona
en esa guía, que se puede comer muy bien en fondas modestas. Y así por el estilo en otras
guías turísticas en las que se pone énfasis más bien, en la descripción de lugares. No cabe
duda que la Secretaría capitalina hace un gran aporte al dar a conocer lo que es una de las
características de la gran capital: una comida amplia, sabrosa y barata, siempre a la mano.