Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
La fe en el mundo que tiene diversas expresiones, suele enfrentarse de manera violenta, aunque muchas veces lo que en realidad se está expresando son intereses que no tiene nada de religiosos. Uno de ellos es el avance en el predominio y el arrasar lugares que tienen más recursos o valores que generan grandes capitales. Lo hemos visto en el caso de Ucrania utilizada por Estados Unidos para tratar de ampliar su dominio en los ricos terrenos rusos y lo que ahora está pasando con Israel llevado al extremo trágico de miles de muertes, para ampliar su predominio en zonas que se autollaman santas y seguir haciendo el gran negocio del turismo santo. Como una ironía, José Revueltas el gran escritor duranguense, escribió Dios en la tierra, cuando promotores desbocados lo desmentían con sus actos. Lo que él escribió plantea la hipocresía de la fe, cuando se usan las creencias en sentido contrario, para generar violencia. Otro ejemplo fue el de las torres gemelas de Nueva York
EL DIOS DE LOS CREYENTES, IGUAL QUE LA ONU, NO DETIENE LAS GUERRAS
En grandes conflictos, tragedias y enfermedades, nunca hemos visto los milagros de los múltiples dioses que se han creado en el mundo. Durante la pandemia, las muchas representaciones de creencias en ese mundo, se sumaron a las medidas que impusieron sus gobiernos. Budistas, hinduístas, judaístas, musulmanes, anglicanos, presbiterianos, adventistas y muchos más, respondieron. Pero curiosamente no hablaron jamás del milagro inmediato de su dios para desterrar el virus, sino de la situación de esperanza, relajamiento y paz, que dan las religiones. Medios como la CNN estuvieron dando información permanente sobre las actitudes de esos cultos, la eliminación de ritos como mojar el pan o suspender el cáliz, tener reparos con la llamada agua bendita, vigilar las rodillas en el piso para el rezo, la sanitización de rosarios e himnarios, todo un complejo de actitudes, costumbres y cosas que hubo que cambiar. Se dieron escaramuzas como suele suceder y ya señalamos en su momento las de la iglesia católica como seguir con sus peregrinaciones exponiendo contagios, y una muy notoria en México, la actitud del dirigentes de la Confraternidad Nacional de Iglesias, que reúne a cien organismos, que amenazó incluso con demandas si se les impedía cerrar sus templos. Templos que singularmente son del país y puede cerrarlos cuando sea pertinente. En general todas esas expresiones de la fe, transformadas en organismos, viven de los recursos de los fieles, de escuelas, clínicas y otros servicios sociales, y la situación se presentó precaria para la mayoría a excepción, como siempre sucede, de grupos que tienen apoyos de empresarios y sectores ricos y que han hecho a un lado con su actitud, aquel artículo bíblico sobre los obstáculos del capital para entrar a los cielos.
JOSÉ REVUELTAS Y UN DIOS EN LA TIERRA QUE NO CONMOVÍA
Terrible el cuento del escritor duranguense José Revueltas, que en mucho puede ser ejemplo de lo que sucede en este momento con miles y miles de creyentes en el mundo a los que les vale la paz en Palestina y lo que pueda involucrar a los demás y a ellos mismos. . El cuento Dios en la tierra, se inserta, según la clasificación de Seymour Menton, en la corriente del Criollismo (El cuento hispanoamericano, Fondo de Cultura Económica,1986) y se sitúa en la época de La Cristiada. La pugna es por el agua de la que carecen las fuerzas del ejercito federal en momentos en que la sed abruma a sus integrantes. Frente a ellos se yergue la multitud de creyentes que expresan su fe a partir de la sequía de los que consideran sus enemigos. Mientras, en los contornos retumba la frase: ¡Viva Cristo rey! Esa actitud la podemos captar en los creyentes a los que les valen los asesinatos en Gaza porque están con Israel y los países aliados a Estados Unidos, como Alemania, Francia y Reino Unido, que se suman con su apoyo a las agresiones de Netanyahu. En excelente redacción que expone la realidad que se vivía en aquellos tiempos de 1926 a 1929, Revueltas cierra el relato con una visión escalofriante. El autor nació en Santiago de Papasquiaro, Durango en 1914, cuatro años después de que estalló el movimiento revolucionario. Así que cumpliría ciento nueve años el próximo 20 de noviembre. Su trayectoria literaria, sus luchas, el encarcelamiento por el compromiso de su causa, son ampliamente conocidas, igual que sus obras El Apando entre muchas. La visión que mencionamos arriba y que sería equivalente a la muerte terrible por la invasión asesina de Israel a Gaza, la cambia un profesor humanitario que les da agua a los federales. Preso por los cristeros, es sometido al castigo que aplicaron en muchas ocasiones los rebeldes católicos: clavar en una estaca, inserto entre las piernas desde abajo, al profesor, y dejarlo expuesto en el campo, como ejemplo de venganza. En algo parecido a lo que está haciendo Netanyahu en Gaza. Realmente escalofriante.