Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
La compleja lucha por el poder que se dirime en el país en estos días en los sectores que tienen definidas sus trayectorias, no oculta a un hecho central que tuvo lugar en el país en el mes de septiembre: la desaparición de los 43 de Ayortzinapa. Están las encuestas a todo meter, como se dice casi en función de albur, en Morena, mientras el llamado frente tiene bajo la manga su postura desde hace varias semanas. El caso de Beatriz Paredes se está cociendo aparte. En algunos medios se ha publicado que Marcelo Ebrard, que aparece con puntuaciones medias del puntaje de Claudia Sheinbaum. lleva la referencia de 3 encuestas seleccionadas, pero hasta donde se sabe, no se ha pronunciado el movimiento por dar a conocer esos datos ¿Que papel está jugando un tramposo como Ebrard en esas notificaciones? Mientras son peras y manzanas, hay que recordar que el caso del 26 de septiembre de 2014 está muy avanzado pero falta lo crucial, ¿donde están los 43?, pregunta fundamental cuando se anuncia el informe número cinco del Presidente de la República.
LOS 43 DE AYOTZINAPA, REFLEJADOS EN LA LITERATURA UNIVERSAL
No son pocos los que han abordado el caso de los 43 estudiantes normalistas, pero la mención que se alude en Alabardas, alabardas, espingardas (Alfaguara 2014 con ilustraciones de Gunther Grass, 2014) en la FIL de meses siguientes, retoma una reflexión sobre la violencia, las armas y el uso, como recurso del fracaso. Sobre todo porque se mencionó en el origen del caso la utilización de armas alemanas. La desaparición y quizá la muerte que se plantea en el caso mexicano, tiene atrás turbias referencias y finalmente un destino que nadie sabe. Eso lleva al caso de la violencia sobre todo si se utilizan armas destructivas. Al respecto México tiene presentada una demanda contra empresas armadoras de Estados Unidos y la respuesta ha sido a la defensiva. Pero mientras, los exaltados ultraderechistas republicanos gritan para que México sea invadido, cuando los efectos violentos que se expresan aquí, son resultado en su mayoría de armas compradas en ese país. La presencia de Tomás Zerón parapetado en Israel por eso es fundamental, porque se sabría cual fue el destino de los jóvenes, que armas se usaron en contra de ellos y porqué.
EN ALABARDAS, SARAMAGO EXPRESÓ SU RECHAZO A TODA VIOLENCIA
Alabardas se trata de una novela inacabada de José Saramago, a la que su viuda Pilar del Río y otras personas han tratado de abordar totalmente, para plantear lo que fue fundado en ella por el escritor portugués fallecido en junio de 2010. Es la historia de Artur Paz Semedo, empleado de una fábrica de armas que trata de investigar el efecto y el destino real de éstas en la población y desde luego el papel que juegan esas armadoras. La alabarda según los diccionarios es un arma, una especie de lanza con cuchilla transversal, de madera, que suele medir alrededor de dos metros y tiene una punta de acero. En aquella presentación en la FIL, aparte de las armas alemanas encontradas en el caso Ayotzinapa, vinieron a la mente quizá las que entraron de manera burda y abierta durante los anteriores gobiernos, en Rápido y Furioso. La obra mencionada iba a ser la última de Saramago y solo dejó tres capítulos. En ella se trata de extraer la verdadera esencia que llevaba al escritor a terminar esta obra, ya que hasta su muerte rechazó permanentemente la violencia, de ahí el interés que se tuvo en ese momento de recordarlo en la feria, a varios meses de los sucesos en Guerrero. Eso, que sigue vigente será parte de lo que cimbre en septiembre, aparte del caso electoral, el informe próximo y desde luego los proyectos que tendrán que culminarse en el año que queda de gobierno.