Concreta Querétaro 53 proyectos de inversión y 15,730 empleos en 2024
QUERÉTARO, Qro., 9 de agosto 2021.- El estado mexicano de Querétaro se distingue por su pujante industria automotriz y aeronáutica, pero también por las artesanías otomíes que ahí se elaboran y han puesto su cultura y tradiciones en el mapa internacional, siendo además el sustento económico de muchas familias.
Lele y Dönxu son dos muñecas artesanales que se elaboran en el municipio de Amealco, la primera representa a la comunidad de Santiago Mexquititlán y la segunda a San Ildefonso Tultepec, ambas nombradas en 2018 como Patrimonio Cultural de Querétaro.
Estas muñequitas de trapo bordadas a mano, comparten la tradición y herencia de las comunidades, además de que se han convertido en fuente de empleo para más de 10 mil indígenas en la región, quienes han hecho de sus artesanías una forma de vida.
Nadie conoce exactamente cuándo nació la tradicional muñeca de trapo o dónde se originó.
Nadie conoce exactamente cuándo nació la tradicional muñeca de trapo o dónde se originó.
Los otomíes son unos de los 68 pueblos originarios de México, cada uno con su lengua propia.
Las muñecas se han convertido en un estandarte de los indígenas otomíes y de Querétaro, pues no solo representan una pieza artesanal para vender, también ha formado parte de su historia como niños dentro de la comunidad.
Pues al no haber recursos para comprar una muñeca de plástico, la muñeca de tela ha sido la aliada perfecta de juegos e historias de decenas de niños de la región.
En motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, Silvia Pascual García, integrante del grupo de artesanas Dontxu, narró este domingo la importancia que han tomado Lele y Dönxu para la comunidad.
Por diminutas que sean, estas muñecas se han convertido en una esperanza de recuperación económica para los artesanos que perdieron completamente sus ventas desde el inicio de la pandemia por COVID-19.
“Antes de que llegara el COVID, estábamos a un 100 por ciento, pero una vez que llegó la pandemia las ventas se desplomaron y ahora estamos entre 20-25 por ciento, no estamos ni siquiera a la mitad”, lamentó.
Este golpe mundial orilló a los artesanos a vender todo lo que pudieran para poder comprar alimentos y pagar servicios, entre otras necesidades básicas, para hacer frente a la baja en ventas y la falta de ingresos.
Con información de EFE