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QUERÉTARO, Qro., 29 de noviembre de 2024.- En 1956, Diego Rivera inmortalizó a Silvia Pinal en un retrato que refleja la conexión entre el cine de oro mexicano y el arte muralista. La obra, que muestra a la actriz vestida de negro junto a su reflejo en un espejo, se convirtió en un ícono del arte nacional. El cuadro surgió gracias a la amistad entre la actriz y el pintor, quien accedió a crear la pieza a petición del arquitecto Manuel Rosen.
Pinal relató en entrevistas cómo negoció con Rivera el costo de la pintura. Aunque el artista inicialmente no pretendía cobrar, ambos acordaron un precio simbólico. Desde entonces, el cuadro ha viajado por diversos museos del mundo, consolidándose como una de las piezas más emblemáticas de Rivera y un testimonio del legado artístico de la época.
Actualmente, expertos estiman que el retrato podría valer hasta 3 millones de dólares, aproximadamente 60 millones de pesos. Sin embargo, su precio exacto es difícil de determinar, ya que la pintura nunca ha estado a la venta y pertenece a la familia Pinal.
La obra será donada en comodato al Museo Estudio Diego Rivera, respetando los deseos de Silvia Pinal, garantizando que permanezca como parte del patrimonio cultural mexicano. De esta forma, el icónico retrato seguirá siendo un puente entre dos mundos: el cine y el arte.