
Ubican nuevo campo de exterminio en Reynosa, Tamaulipas
OAXACA, Oax. 11 de marzo de 2025.- El grupo se había reunido temprano aquella mañana. Habían recorrido kilómetros desde Juchitán hasta la Ciudad de México con un propósito claro: participar en un mitin de respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum, su presidenta. Lo hacían con convicción, con el orgullo de quienes llevan consigo su tierra, su identidad, su lucha.
Antes de que el día avanzara, se tomaron una foto. Un hombre con suéter de rayas rojas, blancas y negras aparece al inicio de la gráfica.
En el otro extremo, un jovencito intenta esquivar el puño de alguien más que lo levantó en señal de lucha. Un niño vestido de azul abraza a su hermanita, quien mantiene las manos apoyadas en la banca.
Dos personas mayores, un hombre y una mujer, miran hacia otro lado, no a la cámara.
Flores, hay flores en los huipiles. Trenzas de colores. Algunos llevan sudaderas cerradas hasta el cuello, resguardándose del clima. Un hombre con gafas sostiene una cartulina amarilla que dice: FUCO Juchitán. Un niño, con suéter amarillo, sonríe a la cámara.
Están en un parque de la Ciudad de México, en un sitio que no ha sido identificado. Tampoco se sabe quién tomó la fotografía. Pero lo que nadie imaginó es que esa imagen se convertiría en testimonio de su última reunión.
El viaje de regreso estaba marcado por la fatiga y el cansancio después de un día de consignas y compromiso. Pero en el trayecto hacia el Istmo de Tehuantepec, la tragedia los sorprendió. El autobús en el que viajaban cayó a una hondonada de casi 20 metros. Algunos murieron al instante. Otros fueron trasladados a hospitales en estado crítico. Algunos más siguen siendo buscados por sus familiares y en una clínica privada también quieren encontrarlos.
La nota completa en Quadratín Oaxaca