La magia de los Pueblos Mágicos

QUERÉTARO, Qro., 22 de febrero de 2024.- La designación como Pueblo Mágico conlleva una inversión en seguridad, obras públicas y mejoras en la infraestructura local. Esto puede incluir el embellecimiento de fachadas, mantenimiento de monumentos históricos, mejora de la red eléctrica y de drenaje, entre otros aspectos.

Al ser reconocido como un Pueblo Mágico, la localidad experimenta un aumento sustancial en el número de turistas que la visitan. Esto impulsa la economía local y regional al aumentar la demanda de servicios turísticos, alojamiento, gastronomía, artesanías y otros productos locales.

La designación como Pueblo Mágico proporciona acceso a recursos federales para el desarrollo de proyectos de infraestructura turística y capacitación. Aunque no se garantiza automáticamente el financiamiento, el acceso a estos recursos permite a las comunidades presentar proyectos viables y relevantes para su desarrollo turístico.

Ser reconocido como tal, proporciona una marca que promueve la localidad en el mercado turístico nacional e internacional. Esto aumenta su visibilidad y atrae la atención de los viajeros que buscan experiencias auténticas y únicas.

El ser llamado Pueblo Mágico, implica la implementación de una planeación y regulación turística que ayuda a ordenar el desarrollo de la localidad en función del turismo. Esto proporciona una visión de trabajo centrada en el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, culturales y patrimoniales, así como en la conservación del entorno.

En resumen, ser designado como Pueblo Mágico brinda una serie de beneficios que van desde la inversión en infraestructura y servicios públicos hasta el impulso del turismo, acceso a recursos federales, mayor visibilidad en el mercado turístico y una planificación ordenada para el desarrollo sostenible de la localidad.