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MÉXICO, 6 DE JUNIO 2017.- NEW YORK TIMES hace una reflexión sobre el uso de las redes sociales como propagadoras de información y con ello impactar en las audiencias sobre ciertos aspectos que viven en su cotidianidad.
Ya se ha condenado a Facebook por su papel en la propagación de información errónea durante la elección pasada en Estados Unidos o “noticias falsas”, antes de que el término fuera usado para cualquier noticia que no te guste. Las críticas estuvieron en lo correcto: Facebook es la red social más popular del mundo y millones de personas la revisan a diario para leer las noticias.
Sin embargo, el enfoque en Facebook ocasionó que otra red social pasara desapercibida. Hablo de Twitter, que es mi adicción diaria.
Aunque la red preferida del presidente Donald Trump es mucho más pequeña que Facebook, las personas de los medios la utilizan mucho y, por eso, ejerce una mayor influencia en el mundo de las noticias.
Eso es un problema porque Twitter está haciendo que las noticias sean más tontas. El servicio está hecho para las personas que dedican mucho tiempo a la plataforma y es como un club. Exacerba la reflexión grupal. Recompensa las ocurrencias dignas de un experto por encima del debate sustancial y tiende a elevar lo absurdo por encima de lo serio —durante varias horas de esta semana estuvo cautivado por “covfefe”; un escándalo armado por un dedazo.
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