Para Contar
Julio César Almanza fue siempre un personaje
reconocido en Tamaulipas como un promotor del
bienestar de sus paisanos a través del trabajo.
En el momento que lo masacraron los sicarios
enviados por sus malquerientes, Julio César
terminaba una redacción de nuevos
pronunciamientos en contra de una inseguridad
que existe en Tamaulipas, tan grande que ya
ocasionó el cierre de casi 100 tiendas Oxxo y
dos gasolineras en Nuevo Laredo.
El dirigente de FECANACO en Tamaulipas jamás
abdicó a sus principios de fincar en el trabajo el
éxito de sus propósitos, individuales o colectivos.
Jamás se le conoció una acción que pudiera
considerarse como algo fuera de la ley.
Y esa actitud de honestidad y su decisión de
predicar la justicia con el propio ejemplo de sus
acciones como líder, ocasionaron que los
afectados por su capacidad de denuncia llegaran
a sentirlo como el enemigo a vencer para poder
seguir manejando a la entidad, ya de por sí
afectada por una aguda problemática social que
contemplaba desde el fenómeno de los
migrantes hasta el peligro de la proximidad física
con los grupos criminales, como si Tamaulipas
fuera una tierra sin ley donde imperaba la
impunidad y la connivencia entre el poder y la
delincuencia organizada.
Julio César fue pues, un enemigo tan imbatible
para los políticos confabulados con las bandas
criminales, por la reciedumbre de su conducta
proba y su verticalidad para llamar a las cosas
por su nombre.
La solución para acallarlo fue la más brutal:
asesinarlo simplemente.
Un crimen proditorio de un personaje que deja
una profunda huella de la capacidad de lucha
que se debe tener para combatir los grandes
males sociales que todos conocemos.
¿Qué sigue en Tamaulipas y en México después
del crimen odioso perpetrado contra un hombre
de bien, un ser humano de excepción como fue
Julio César Almanza Armas, por el hecho de
defender sus principios ante el abuso de
autoridad y la impunidad criminal?
Con López Obrador completamente rebasado
como autoridad, la opción de esperanza para
reorientar el rumbo perdido por México en los
últimos seis años, es el hecho de que Claudia
Sheinbaum sea una presidenta del país llena de
voluntad, sensibilidad y valor para cambiar las
cosas.
EN TIEMPO REAL.
1.- Qué chistoso se ve el zalamero de Epigmenio
Ibarra en el programa de Ciro Gómez Leyva
pidiendo que, de la noche a la mañana, los
mandamases de Estados Unidos se vuelvan
respetuosos de los acuerdos que tienen con
México y de plano se porten bien. ¡Cachaza
pura¡
2.- En Puebla Alejandro Armenta ha iniciado una
cruzada de acercamiento real con los ciudadanos
a través de sus giras regionales. Lugares que
jamás habían conocido a un gobernador, ahora
han sido visitadas, y escuchadas, por Alejandro
Armenta.
3.- Las acciones criminales en el Estado de
México ya están rebasando las cifras macabras
que eran, hasta hace unas semanas, privilegio de
la contabilidad guanajuatense. La maestra
Delfina Gómez debe dar un manotazo oportuno
para que el crimen organizado, en contubernio
con algunos de sus colaboradores, no
conviertan a la entidad en su campo favorito de
operaciones. Aviso a tiempo.