Cambio de coordenadas
Jesús Urbieta fue un gran artista multidisciplinario y promotor cultural, originario de Juchitán, Oaxaca. Se graduó como ingeniero civil, pero posteriormente realizó estudios en la Escuela Nacional de Pintura, La Esmeralda, en la Ciudad de México. Urbieta fue el primer mexicano premiado con el Galardón “Gran Paleta de Oro”, en el XXVI Festival Internacional de Pintura del Museo Castillo Grimaldi en Francia, en 1994. El pintor obtuvo el primer premio de Adquisición, en el “IX Encuentro Nacional de Arte Joven”, en Aguascalientes, en 1989. En 1990, obtuvo Mención honorífica en la “V Bienal de Pintura Rufino Tamayo”, en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, entre otros muchos reconocimientos más.
Jesús Urbieta fue un gran pintor, ceramista, novelista y editor. Publicó un poemario llamado “Siempre en llamas”, y su novela “Zeferino y su hermana Mariana Pombo”. Algunas de sus exposiciones se realizaron en: Casa de Cultura del Istmo en Juchitán, Museo de la Ciudad de México, Galería Balance, Galería Rodríguez Caramazana, Torre del Reloj, Galería Oscar Román, Galería Chac mool (Los Ángeles, EU), Museo del Pueblo de la Ciudad de Guanajuato, entre otros muchos espacios más. Su obra pertenece a varias colecciones importantes. Entre algunas de ellas podemos mencionar: Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, Fundación Cultural Artensión, Museo de Arte Moderno, Museum Würt, künzelsau, (Alemania), etc.
La historiadora y crítica de arte Teresa del Conde mencionó del artista: “Sin duda Urbieta fue uno de los artistas oaxaqueños de mayor proyección, talento y renombre”. Algo similar escribió el periodista Carlos Martínez, cuando lo entrevisto en 1994, para el periódico La Jornada y mencionó su talento y gran obra, que lo destacaban entre uno de las grandes figuras de la escena artística oaxaqueña, al lado del Maestro Toledo. El periodista resaltó, además su enorme generosidad al dar a conocer que el artista donó gran parte de su producción artística para promover la cultura zapoteca, a través de su fundación “Guiée Xhúuba”.
El legado de un artista, así cada una de las obras que lo componen, tienen una vida propia. En el transcurso de la vida de un pintor, escultor, fotógrafo, etc. es casi imposible predecir donde terminaran sus creaciones. Las más afortunadas, se resguardarán en colecciones particulares o en museos de relevancia. Sin embargo, la gran mayoría se perderán en el tamiz del anonimato, si la fama de su creador no consigue transcender la barrera del tiempo.
Pintores de la calidad del Maestro Urbieta son joyas que no debemos permitir perder en el anonimato del tiempo. Por lo tanto, es fundamental redescubrir su trabajo y revalorarlos en su justo valor.
La justicia no la impone nuestra época, la rectifica el tiempo. Jesús Urbieta es un referente de nuestro tiempo, su mirada sobre la cosmovisión indígena, sus composiciones inconfundibles que se desdoblan en volúmenes a través de un colorido, que sólo poseen las noches estrelladas de su ancestral Oaxaca.
Por esta razón, querido Lector, es que los invito a participar en este redescubrimiento del artista, a través de un homenaje póstumo organizado por la Fundación Guiée Xhúuba y que estará abierto al público en general, el próximo 10 de junio del presente año, a las 15:00 horas, en el Centro cultural Macario Matus, en el edificio Guanajuato de la Unidad Habitacional Tlatelolco, de la Ciudad de México.
En el evento se llevará a cabo una exposición colectiva, donde tengo el enorme placer de participar, a lado de grandes artistas, entre los que destacó el trabajo de mi muy querido amigo el pintor Chuhuiini (hijo de Jesús Úrbieta) y quien en los últimos años se ha destacado por su gran creación plástica. En esta exposición colectiva participan también los artistas: Violeta Islas, Mauricio Castillo, Mariana Gallegos, Enrique Pichardo, Juan Ibarra, Patricia Rivero, Oscar de las flores, Diego Alvarado, Gastón de Gyves, Francisco Regalado, Nat y Elia Amador.
En el homenaje se contará con la participación del grupo musical de los “3 del Son e Ingrid Fueli”, Poesía del maestro Alberto Gálvez y la Maestra Natalia Toledo, todo ello envuelto en la algarabía y sabor que solo los oaxaqueños les imprimen a sus fiestas. ¡Los esperamos!