Líneas Quadratín
Dice el refranero popular: “en política, los errores borran los aciertos”.
Y viene a cuento el tema porque el gran constructor de la democracia mexicana, el expresidente Zedillo, también es responsable de apuntalar la carrera política de López Obrador, el destructor de la democracia mexicana.
Pero vamos por partes.
El pasado 10 de diciembre del 2021, en el seminario “La Relación de Estados Unidos e Iberoamérica”, Ernesto Zedillo y Mario Vargas Llosa, alertaron del peligroso retroceso democrático en México y América Latina.
El expresidente Zedillo, artífice del mayor cambio en la democracia mexicana lo dijo así: “Hoy, tristemente si uno ve el mapa de América Latina, tiene que concluir que quizá 70% de nuestra población vive en países en donde la democracia que creíamos definitiva está seriamente amenazada”.
Explicó que individuos que acceden al poder por la vía democrática, “de inmediato se abocan a destruir cualquier elemento democrático, por medio del populismo y estos individuos populista que socavan nuestra democracia, se hicieron del poder a través de la democracia y casi todos ellos provienen de los viejos regímenes militares y autoritarios”.
Zedillo finalizó su argumento de manera lapidaria: “América Latina está en una trampa de predesarrollo y, salvo excepciones, vive un momento de regresión democrática”. (Fin de la cita)
Pero Vargas Llosa fue directo y le dijo pan al pan y vino al vino.
Así lo expuso el Nobel de Lieratra: “México concitó grandes esperanzas en todo el Continente cuando el señor Zedillo, aquí presente, transformó México y permitió elecciones libres, en un país en donde hace 80 años no había elecciones libres.
“Y éste fue un hecho extraordinario porque con la libertad de voto México se transformó de la noche a la mañana, gracias al señor Zedillo, al que yo considero un verdadero héroe Latinoamericano… la democracia fue una realidad e inmediatamente se dieron leyes para garantizar la limpieza de las futuras elecciones y México se orientó en la dirección correcta.
“Sin embargo, hoy nada de eso queda; es dramático que en unos cuantos años lo que parecía representar la liberación y la democratización de México haya desaparecido.
“¿Por qué?
“Porque los mexicanos votaron mal. Si votaron mal, como ha ocurrido muchas veces en nuestros países.
“Y hoy México vive un retroceso dramático, con un presidente populista y demagogo que acaba con todas las libertades; México es hoy uno de los países que más retrocede en Americana Latina… y da la impresión de que México está perdido si se trata de alcanzar la democracia y la libertad”. (Fin de la cita)
Lo cierto, sin embargo, es que detrás de la democratización que promovió Ernesto Zedillo en México, existe una historia que desconoce el Nobel, Vargas Llosa.
Sí, el artífice de la democracia mexicana, Ernesto Zedillo, también es culpable de crear el Frankenstein que hoy destruye esa democracia.
¿Por qué?
Porque en las elecciones del año 2000, Zedillo avaló la candidatura tramposa de López Obrador, quien no cumplía los requisitos legales para aspirar al puesto de elección popular en el GDF.
Hoy, a poco más de dos décadas, paradójicamente Obrador destruye las bases democráticas que construyó Zedillo; la misma democracia que le permitió a López llegar al poder presidencial.
Pero esa hipótesis no es nueva. En realidad aquí la planteamos el 25 de septiembre de 2018 –hace más de tres años–, en el Itinerario Político titulado: “¡Las culpas de Zedillo!”.
Y sí, de nueva cuenta el tiempo nos da la razón. Por eso aquí el texto íntegro de aquella entrega.
“Pocos analistas serios podrían negar que, el de Ernesto Zedillo, fue uno de los mejores gobiernos mexicanos.
“¿Por qué?
“Porque no solo rescató al país de la quiebra heredada de Carlos Salinas, sino que concretó la apertura económica e impulsó exitodamente la reforma política.
“Zedillo creó el INE, limpió al Poder Judicial, independizó al Banco de México, sentó las bases sustentables de los fondos de retiro, con las Afores; construyó la “alternancia del poder de terciopelo” y convirtió a México en el campeón del libre comercio en el mundo. Sólo por citar algunos aciertos.
“Y la honestidad intelectual de Zedillo se confirmó hace horas durante la presentación del informe “Regulación: El control responsable de las drogas”, de la Comisión Global sobre Políticas de Drogas de la ONU, en donde el exmandatario mexicano reconoció una grave equivocación en el manejo de las políticas antidrogas, durante su gobierno.
“Dijo que en su presidencia siguió “una política equivocada” al apostar “por la prohibición de las drogas en lugar de su regularización”.
“¿Cuántos presidentes de México y del mundo tienen la honestidad intelectual y las agallas de aceptar sus errores?
“Lo cierto es que muy pocos mandatarios en el mundo reconocen un error en su gestión y menos que resultó devastadora una política de su gobierno, como la lucha contra las drogas en México.
“Ernesto Zedillo es uno de ellos, lo que lo confirma como un estadista.
“Sin embargo, la gran pregunta es si Zedillo también reconocerá su parte de culpa en el encumbramiento del populismo en México.
“Y es que Zedillo es responsable directo del nacimiento del fenómeno político conocido como López Obrador, cuya candidatura a la jefatura del entonces Distrito Federal –en el año 2000–, fue posible gracias a una decisión política, ilegal y harto cuestionable, de Zedillo.
“Por eso vale recordar que durante la gestión de Zedillo surgió a la luz pública la figura de Obrador y que “el primer gran empujón político” a favor del tabasqueño estuvo a cargo del presidente, quien metió la mano en el Tribunal Electoral para avalar la candidatura de López a la jefatura de gobierno, a pesar de que era ilegal, según documentó en su momento Pablo Gómez, hoy diputado de Morena, y adorador de AMLO.
“En esos años, Zedillo era el principal impulsor de “la alternancia de terciopelo” en México y había construido instituciones creíbles para esa alternancia, como el IFE, que debían servir para legitimar la caída del PRI, no sólo en la Ciudad de México, sino en la elección presidencial del año 2000.
“Sí, Zedillo es responsable del triunfo ilegal e ilegítimo de AMLO en el año 2000 en el DF. ¿Reconocerá esos errores, igual que reconoció el error en la lucha contra las drogas? Si lo hace, sería el clímax de su honestidad política. Al tiempo” (Fin de la cita)
En efecto, a 25 años de la llegada de la democracia electoral a México, el expresidente Zedillo, igual que Mario Vargas Llosa, advierten al mundo el peligro de que el populista, López Obrador, le de muerte a esa democracia.
Pero resultaría saludable que el señor Zedillo, el héroe latinoamericano que hio posible la democracia mexicana, también reconozca que contribuyó, de manera ilegal, a que el sátrapa Obrador llegara a las grandes ligas del poder en México y se convirtiera en remedo de un consumado dictador.
Sí, “en política, los errores borrar los aciertos”.
Al tiempo.