Libros de ayer y hoy
La primera ocasión que aquí dije que uno de los objetivos del entonces candidato, López Obrador, era destruir al INE para instaurar una dictadura, no sólo recibí toda clase de insultos sino que la claque “lopista” lanzó una furibunda persecución en mi contra, para sacarme de todos los medios en los que ejercía el periodismo de opinión.
En esa fecha –los primeros días de mayo de 2018–, un grupo de empresarios llegaron a la misma conclusión y me la compartieron con una brillante metáfora.
Dice así: “en las últimas dos décadas, todos construimos una poderosa escalera para acceder al poder; una escalera llamada INE, que garantiza elecciones confiables, creíbles y legales.
“Gracias a esa escalera, llegaron al poder Fox, Calderón y Peña y por esa misma escalera llegará al poder López Obrador”.
“Pero ya en la cúspide del poder, López Obrador pateará la escalera y nadie más podrá subir… y claro, él se quedará arriba, indefinidamente”.
Hoy –el martes 13 de abril–, el presidente López Obrador anunció que una vez concluido el proceso electoral, enviará al Congreso reformas para destruir al INE como lo conocemos.
¿Y por qué esas reformas?
Porque AMLO dice no confiar en el INE; el mismo que permitió que llegara al poder presidencial y el mismo que hizo presidente de Morena a Mario Delgado.
Lo cierto, sin embargo, es que a López Obrador le estorban los contrapesos, los órganos autónomos y las instituciones que obstaculizan su proyecto de dictadura.
Volvimos al tema el 19 de junio de 2019 con la siguiente entrega del Itinerario Político, titulado: “AMLO busca matar al INE y matar la democracia”.
“Durante meses, en este y otros espacios lo advertimos.
“La intención del candidato y luego presidente Obrador es instaurar una dictadura que empezará con el regreso de la reelección presidencial.
“Para lograr ese objetivo, Morena y López Obrador primero planean la destrucción de todo el sistema electoral que se construyó entre 1996 y 1997 y que hizo posible la alternancia en elecciones locales a partir de 1997 y en las presidenciales del año 2000.
“Y fue tal el éxito del sistema electoral mexicano –sistema reconocido en todo el mundo y replicado en no pocos países–, que en julio de 2018 permitió la victoria de López Obrador y de su partido, Morena.
“Es decir, hoy las elecciones mexicanas son transparentes, confiables, equitativas y no solo garantizan el postulado maderista de “Sufragio Efectivo”, sino la alternancia y la pluralidad.
“Sin embargo, la advertencia que hicimos durante años –que Obrador va por una dictadura que empezará con su reelección–, ya pasó de ser una lejana posibilidad hasta convertirse, hoy, en una contundente realidad.
“Y si dudan ayer lo confirmó el propio López Obrador: “primero va la ratificación de mandato y luego los cambios electorales”, dijo.
“¿Qué significa lo anterior?
“En términos concretos se trata de una confesión de parte.
“Y los fanáticos lopistas podrán decir misa pero hoy es realidad que el Gobierno de Obrador intenta desaparecer la democracia; sus instituciones y la confianza ciudadana en el sufragio efectivo.
“¿Y por qué Obrador atenta contra la democracia toda; contra el INE, la certeza, la equidad, la transparencia y certidumbre de los procesos electorales?
“Porque el primer paso de López Obrador para matar la democracia mexicana será precisamente matar todo el sistema electoral –como hoy lo conocemos–, para luego regresar a los viejos tiempos en donde el PRI era capaz de mangonear las elecciones; tiempos en los que no se movía la hoja del árbol del Estado sin la voluntad presidencial.
“En pocas palabras, Obrador y su claque –los partidos Morena, Panal y PT–, además de la complicidad y el papel de verdaderos enemigos de México y de la democracia –con diputados y senadores de esos partidos–, preparan el mayor magnicidio que se haya producido en México; la muerte de la democracia toda.
“¿Recuerdan cuando el PRI de Luis Echeverría impuso al candidato López Portillo –que ya era presidente desde el momento de ser candidato–; recuerdan cuando el PRI de Miguel de la Madrid impuso a Carlos Salinas como presidente mediante la caída del sistema, a través de Manuel Bartlett?
“Pues esos tiempos son el pasado al que López Obrador quiere llevar al país; tiempos en donde el presidente en turno mangoneaba los procesos electorales y decidía al sucesor.
“Sin embargo, existe un peligro mayor.
¿Cuál peligro?
“Poca cosa, que el presidente mexicano prepara el escenario para una reelección indefinida, para instaurar una dictadura tropical al estilo de Cuba y Venezuela que empezará con el engaño de la “revocación de mandato”.
“Y el primer paso para lograr ese objetivo fue limpiar el camino de opositores reales. Por eso el crimen de Estado en Puebla. En efecto, como aquí lo dijimos, cada día son más las evidencias de que el Gobierno federal de Morena acabó con la principal oposición a su proyecto reeleccionista.
“Y ese grupo opositor era, nada más y nada menos, que el de Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso, la gobernadora de Puebla. Fueron quitados del camino al quitarles la vida.
“Luego sigue la destrucción del INE, de los Oples y del Consejo General. Para ese magnicidio, López Obrador recurrirá al cuento del alto costo del sistema electoral mexicano. Y para convencer a los fanáticos empezarán carencias impensables, como las de energía eléctrica y muchas otras.
“Es decir, López Obrador y Morena –sus gobiernos y legisladores–, llevarán al país a una crisis tal que mucha gente creerá que la única salvación será la reelección indefinida de AMLO.
“Es decir, asistimos al magnicidio perfecto; el crimen de la democracia
mexicana toda. Al tiempo”. (Fin de la cita)
¿Teníamos o no razón?
Sí, el tiempo confirma todo lo que aquí pronosticamos.
Al tiempo.