Los límites de la complacencia
El concepto de “gobernabilidad” –en México y el mundo–, va de la mano con los resultados positivos de una gestión de gobierno.
Es decir, un sistema de gobierno es estable, productivo y eficaz, sí y sólo sí es eficiente y responde positivamente las exigencias de los ciudadanos.
En sentido contrario, todo gobierno ineficaz, improductivo y fracasado, es el mejor ejemplo de la ingobernabilidad; entendida como el primer paso en dirección a un gobierno fallido.
A su vez, sólo hay un paso de la ingobernabilidad a la ilegitimidad del gobierno. Y también existe un sólo paso entre la ilegitimidad y los eventos que desencadenan la caída del mal gobierno.
Así, queda claro que la única manera de mantener vigente y legítimo a un gobierno, es cuando tal gobierno reporta beneficios a los ciudadanos y cuando satisface exigencias elementales como seguridad, salud, empleo, transporte y, en general, bienestar.
En el México de López Obrador –y frente a los fracasos de los primeros 25 meses de gestión–, se vive una de las peores crisis de ingobernabilidad.
Por eso, a querer o no, avanzamos en dirección a la caída del gobierno; derrumbe que se podría producir a través de las elecciones de junio próximo.
Y es que cada vez resulta más evidente que con Obrador y con Morena, llegaron al poder no los más capacitados, comprometidos, eficientes, preparados y los más responsables, sino los más torpes, los más pillos, los menos preparados, los más atolondrados, improvisados y hasta más idiotas.
Y frente a las fallas cotidianas, a los dislates diarios, a las raterías de todos los días; ante los sapos y serpientes que el gobierno fallido de AMLO obliga a tragar a los ciudadanos, también obliga preguntar.
¿Hasta cuándo aguantarán los ciudadanos las torpezas, las agresiones a sus derechos, la ruina económica, la ruina social, la muerte sin frente por la pandemia y la violencia y hasta cuándo aguantarán la ingobernabilidad?
La respuesta la conocen todos; que a mayor número de torpezas oficiales –y ante la creciente idiotez oficial–, será menor el tiempo de resistencia social y será mayor el enojo colectivo.
Pero el escándalo es mayor si se toma en cuenta la grosera arrogancia del poder; la reiterada negación oficial en la responsabilidad de las fallas, los horrores y errores. Y es que López Obrador insiste en culpar a todos en el pasado, antes que aceptar sus culpas, sus incapacidades y su analfabetismo.
Por lo pronto, todo indica que seguirán apareciendo fallas garrafales, torpezas impensables, errores elementales y tropiezos sin nombre. ¿Cuáles han sido los mayores y más escandalosos errores del gobierno de López Obrador?
1.- El más reciente es el incendio en las instalaciones centrales del Metro, que dejó sin servicio a millones de usuarios. El siniestro es producto del fallido mantenimiento. Aún así, la directora del Metro, la jefe de gobierno y el propio presidente negaron los hechos y solaparon a los culpables. Por meses, millones de ciudadanos vivirán un total caos en el transporte público.
2.- Días antes del fin de año, la CFE reportó un apagón que dejó sin energía eléctrica a un tercio del país. No era el primer caso. Aún así el director de la CFE, Manuel Bartlett, mintió sobre las causas, ocultó las fallas en su gestión y también ahí fue solapado por el presidente.
3.- Es escándalo internacional la fallida política pública para contener la pandemia de Coronavirus. México es el país con mayor índice de letalidad, con más médicos y trabajadores de la salud muertos; con más contagios y, por si fuera poco, la Ciudad de México es la capital del mundo con más muertos.
4.- Pero el mayor insulto presidencial al ciudadano es la mentira oficial de que se lleva a cabo una campaña de vacunación contra la pandemia. Lo cierto es que, en todos los reportes globales de las 35 economías desarrolladas, México está en el penúltimo sitio de vacunación. Por eso los opositores llaman “crimen de Estado” a la política fallida contra el Covid.
5.- También resultó de repercusiones internacionales la decisión de retirar de manera oficial la atención a niños con cáncer, una vez que de manera arbitraria López Obrador destruyó el Seguro Popular.
6.- A su vez –y sin la mayor sensibilidad–, Obrador ordenó contratar médicos cubanos, con salarios millonarios, pero mantiene con salarios de hambre a médicos mexicanos y pasantes, que trabajan sin la protección básica.
7.- En los últimos meses del 2020, las lluvias hicieron estragos en Tabasco. Luego de semanas de inundaciones AMLO acudió a Macuspana, su tierra natal, en donde grabó un video en el que ordenó inundar las zonas más pobres, a cambio de preservar las zonas de la clase media y alta de Tabasco. El escándalo confirmó como mentiroso el eslogan de “Primero los pobres”
8.- Pero los escándalos empezaron desde el arranque del gobierno. A pocos días de iniciada la gestión, el despido arbitrario de funcionarios de primer nivel de Pemex provocó una grave carencia de gasolina. López nunca aceptó el error y, en cambio, dijo que la falta de gasolina había sido parte de la lucha contra “el huachicol”. La mentira fue ridícula y desmentida por una contundente realidad; el robo sin freno de combustible.
9.- Para salir del paso, el presidente ordenó la compra de 500 pipas para iniciar una distribución alterna de gasolinas. El canciller, Marcelo Ebrard, dijo haber comprado las pipas y se hizo el anuncio. Hoy, sin embargo, nadie sabe dónde están esas pipas. Y claro, tampoco se sabe dónde quedó el dinero.
10.- Más tarde, la psicosis por la falta de gasolina provocó que habitantes del municipio de Tlahuelilpan, en Hidalgo, se volcaran a las tomas clandestinas que utilizaban las bandas criminales. En una suerte de frenesí de muerte, cientos de personas saqueaban gasolina sin darse cuenta de que, de un momento a otro, el lugar sería un infierno. El estallido mató a más de 130 personas. Nadie fue castigado y todo es impunidad.
11.- Una de las primeras grandes mentiras del presidente Obrador fue la supuesta corrupción en el Nuevo Aeropuerto de Texcoco. Una inexistente encuesta condenó la magna obra que, de manera ilegal, fue cancelada. El costo de tirar el NAIM fue, para el dinero público, mayor en 10 veces al Fobaproa de Zedillo. Hoy México fue hipotecado y no existe una sola prueba de la supuesta corrupción del NAIM.
12.- En su campaña, AMLO prometió vender el avión presidencial. Ya presidente, puso en venta tal avión. Nunca lo vendió y, por eso, decidió rifarlo. Organizó la rifa de un avión sin el avión. Al final se hizo la rifa y todo terminó en una gran estafa. ¿Quién se robó el dinero? Nadie sabe.
13.- Idéntico “modus operandi” realizó AMLO cuando era candidato presidencial. Creó un fideicomiso dizque para ayudar a los damnificados del más reciente terremoto. Luego saqueó el fideicomiso para financiar una parte de su campaña presidencial.
14.- La figura de “fideicomisos” resulta especialmente atractiva para el presidente. Y es tal que, a mediados del 2020, propuso desaparecer 11 de esos fideicomisos del gobierno federal. La razón esgrimida fue, de nueva cuenta, que eran entidades corruptas. Prometió que ofrecería las pruebas. Hoy a 100 días de distancia, nadie sabe dónde paró el dinero de los fideicomisos y no existe una sola prueba de corrupción.
15.- Como candidato presidencial, AMLO prometió que daría amnistía a las bandas criminales. El escándalo fue mayúsculo, ya que se abría la posibilidad de una alianza del gobierno con el crimen organizado.
16. Ya presidente, AMLO no solo ordenó dejar en libertad a “El Chapito”, Ovidio Guzmán, sino que saludó a la madre de “El Chapo” y, sin mayor explicación, ordenó dejar de perseguir a los criminales. Hoy son cien mil las muertes violentas; cinco veces más que la violencia en los gobiernos de Calderón y Peña, en sus primeros 25 meses.
17.- Pero la “Pax Narca” propuesta por AMLO sólo era el principio. Por décadas, Obrador criticó la supuesta militarización de los gobiernos del PRI y el PAN. Hoy, sin embargo, los militares mexicanos hacen carreteras, aeropuertos, bancos, trenes; los militares aplican vacunas y hasta construyen refinerías. Es decir, todo, menos perseguir a los criminales.
18.- Durante décadas, el proceso de licitación de los servicios públicos fue una condición intransitable para el candidato López Obrador. Sin embargo, convertido en presidente, AMLO entregó más del 80 por ciento de los contratos sin licitación. Es decir, un robo a ojos públicos.
19.- La lucha contra la corrupción siempre fue una poderosa bandera de AMLO. Sin embargo, apenas en días recientes el presidente anunció el fin del Instituto Nacional de Transparencia, INAI y de la Auditoria Superior de la Federación; instituciones creadas que impiden el saqueo público que, por decreto, lleva a cabo López Obrador.
20.- Una promesa reiteró el presidente Obrador, una vez que resultó ganador de la contienda. Prometió a los mejores en los puestos más altos. Pero llevó un agrónomo a Pemex, a una ignorante en Energía, a una analfabeta en Economía, a una reportera en Seguridad, a una maestra de primaria en la SEP y… a floreros y floreros sin la menor calificación.
21.- Una vez que el gobierno de AMLO destruyó el Seguro Popular, y luego que acabó con lo que quedaba del sistema de salud, al presidente Obrador se le ocurrió la puntada de que, a partir del 1 de diciembre del 2020, México tendría un sistema de Salud como el de Dinamarca. Llegó la fecha fatal y el escándalo no se hizo esperar.
22.- Por décadas, López Obrador hizo mofa de los hijos y las esposas de los presidentes, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a quienes criticaba alegremente a través de las “benditas redes sociales”. Hoy, el presidente se queja de que sus hijos, su esposa y sus parientes son apaleados por las redes sociales a las que critica “por haber censurado” al presidente Trump.
23.- Es decir, según López Obrador las redes sociales ya no son “Benditas” porque sirven para apalear a los corruptos de la familia presidencial.
¿Hasta cuándo aguantarán los ciudadanos los errores, las fallas, los tropiezos y las estupideces de un gobierno que no da una y que se les destruye en las manos?
Sí, López Obrado y su gestión fallida son los únicos sepultureros de su propio gobierno.
Al tiempo.