Líneas Quadratín
Aquí lo dijimos desde el primer día de gobierno de López Obrador.
Dijimos que uno de los objetivos del nuevo presidente era acabar con el INE, en su papel de árbitro electoral, porque lo suyo era y es la instauración de una dictadura.
Dijimos que López no se cansaría de atentar contra el INE, al que debía controlar, por completo, no sólo para mantener su mayoría en el Congreso sino para operar su reelección.
Y dijimos que esa tentación autoritaria no terminaría, hasta no destruir al INE, para convertirlo en rehén de su dictadura.
Incluso aventuramos la posibilidad de un “golpe de Estado”.
Y si, la tentación del “golpe de Estado” apareció el pasado fin de semana, cuando los más fanáticos diputados de Morena pretendieron dinamitar la elección de los nuevos consejeros del INE.
¿Y por qué dinamitar al nuevo INE?
Elemental, porque a pesar del manoseo del proceso, el gobierno de AMLO no consiguió manipular la selección de los nuevos consejeros y, en cambio sufrió un severo revés.
Pero tampoco era el primer intento.
Resulta que, por ejemplo, el 22 de noviembre de 2019, aquí dijimos que “sólo falta que el presidente Obrador consiga capturar el INE, para regresar a los tiempos de un solo hombre, del partido hegemónico y, sobre todo, para regresar a la llamada dictadura perfecta; del presidente todo poderoso, intocable, represor y hasta criminal”.
En esa fecha explicamos que, para lograr ese objetivo “el presidente debió destruir casi todo el andamiaje democrático que, paradójicamente, hizo posible que López Obrador llegara al poder”.
Luego de otra decena de entregas del Itinerario Político, sobre el tema, apenas el 28 de mayo pasado advertimos que estaba en marcha “otro intento de fraude electoral” en el INE.
Es decir, que, de forma impensable, el Diario Oficial publicó un decreto que, según la secretaría de Economía –sí, secretaría de Economía–, proponía llevar a cabo una encuesta para elaborar una “Norma Oficial Mexicana de Elecciones”.
No sólo era una estupidez y una ilegalidad que trastocaba la Constitución, sino “un intento descocado” por controlar al INE.
Y apenas el fin de semana pasado, por orden presidencial, un grupo de diputados de Morena intentó reventar la selección de 20 precandidatos a consejeros del INE, una vez que el Consejo de Selección, dejó fuera a todos los candidatos propuestos por Morena.
Es decir, una vez que quedaron fuera todos los propuestos por Morena –al cargo de consejeros del INE–, los diputados de ese partido decidieron “patear la mesa” y desconocer el proceso.
El intento de manoseo y cooptación del INE provocó un escándalo nacional, a causa de la clara tentación golpista.
¿Un intento de golpe de Estado contra el INE?
En efecto; un golpe de Estado ordenado por el mismísimo presidente López Obrador, quien desesperado por la caída de su popularidad teme perder la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados, en las elecciones legislativas del 2021.
¿Y, por qué un “golpe de Estado”?
Vale recordar que autores como Bobbio y Pasquino definen el “golpe de Estado” como “una violación deliberada de las normas constitucionales, por un gobierno, una asamblea o un grupo de personas que detentan la autoridad”.
Es decir, la definición moderna del “golpe de Estado” tiene como condición que “el golpe” se produzca desde dentro del Estado.
¿Y, quiénes sería capaz de llevan a cabo el golpe de Estado?
El mejor ejemplo es el de Luis Bonaparte, quien siendo presidente de la II República, dio un golpe de Estado, en 1851, para convertirse en emperador de Francia.
Pero el golpe de Estado también puede ser impulsado por los militares, por los integrantes del Congreso o por un sector del poder político establecido.
Y es que, a diferencia de la guerra o de la guerrilla revolucionarias, el golpe de Estado se lleva a cabo utilizando instituciones que forman parte del mismo Estado.
Y uno de los objetivos centrales del golpe de Estado es que se ha convertido en un método eficiente para la sucesión del poder.
Así, desde la Cámara de Diputados, los legisladores de Morena pretenden “un golpe de Estado” contra el INE, con el aval del presidente Obrador, para que, de esa manera, puedan controlar la sucesión, tanto en el Congreso, como en los estados y, en general, controlas todos los procesos electorales, tanto del 2021, como los del 2024.
¿Permitirá la sociedad mexicana “un golpe de Estado” como ese?
Al tiempo.