Líneas Quadratín
Como saben, la primera respuesta oficial, de López Obrador, a las pandemias sanitaria, económica y petrolera que enfrenta México, fue un escandaloso decreto que violenta la Constitución.
Hablamos del tema apenas en la entrega anterior, en el Itinerario Político titulado: “Laboratorio del dictador López”.
Y es que, en efecto, al presidente se le ocurrió “la brillante idea” de violar la Carta Magna y obligar a los altos funcionarios federales a reducir el 20 por ciento de sus salarios, además de cancelar los aguinaldos.
Es decir, por decreto, el presidente ordenó violar la Cartea Magna.
Pero, no conforme con ese decreto de profundo tufo dictatorial, el mandatario suplantó facultades exclusivas de la Cámara de Diputados, al reasignar el presupuesto y favorecer a sus proyectos consentidos; Dos Bocas, Tren Maya y Aeropuerto de Santa Lucía.
También en ese caso AMLO violó la Constitución, porque el presidente no puede manosear de esa manera el presupuesto, cuya asignación es facultad exclusiva de la Cámara de Diputados.
Pero tampoco fue todo. En un nuevo mensaje, emitido el domingo pasado, el presidente volvió a la misma fórmula de la imposición y ahora propuso un decálogo, dizque para apoyar a las empresas y a la clase media.
Lo cierto, sin embargo, es que se trata de otro decreto “engañabobos”.
¿Por qué?
Porque los diez puntos abordados por el presidente no son más que otra sarta de mentiras y tonterías propias de un demagogo –como López Obrador–, que no sabe y no entiende el ejercicio elemental del poder.
¿Lo dudan?
1.- En el primer punto del decálogo no aparecen más que un puñado de buenas intenciones que nada tienen que ver con la realidad. El presidente promete, por ejemplo, que “no habrá corrupción ni impunidad”.
Lo simpático es que Obrador nunca dice cómo logrará ese sueño; el de acabar con la corrupción. Además de que no es más que un buen deseo que choca de manera frontal con la realidad. Y es que AMLO no puede hablar de combate a la corrupción cuando su gobierno entrega el 90 por ciento del gasto público sin licitar. Es decir, se trata del gobierno más corrupto de la historia.
2.- Promete reducción del gasto público, lo que hace su gobierno desde el primer día. Incluso ese recorte provocó la tragedia en el sector salud.
3.- Dice AMLO que se garantizarán las libertades. ¿No sabe el presiente que cumplir y hacer cumplir la Constitución –y con ello garantizar las libertad y los derechos–, es su obligación, más que una graciosa concesión? Así la ignorancia de López, quien persigue periodistas y censura medios.
4.- Promete AMLO Estado de derecho. ¿Qué es el Estado de derecho? Lo sabrá el presidente. No es más que el Estado sometido al derecho, a la constitución y sus leyes. Y aquí miente de nuevo Obrador, ya que el suyo es uno de los gobiernos que más ha violentado la Constitución y sus leyes. Y el mejor ejemplo es la venganza contra Rosario Robles.
5.- Sin vergüenza alguna, López promete “paz con justicia”; cuando su gobierno pacta con narcos, solapa criminales y es la gestión con el mayor número de muertos; casi 50 mil en sólo 17 meses. ¿No es una desvergüenza?
6.- Promete que no habrá nuevos impuestos o gravámenes. Lo que no dice es que el peor impuesto, el más costoso es la improvisación, la ineficacia, la ignorancia y la corrupción. En todo ello es campeón el gobierno de AMLO.
7.- Promete Obrador que no aumentarán los combustibles, la luz y el gas. Miente de nuevo. El gas y la luz ya registraron sensibles aumentos. Y la gasolina baja por la tragedia petrolera, no por el gobierno de AMLO.
8.- Promete López una baja en las tasas de interés. Miente una vez más. ¿Por qué? porque las tasas de interés no bajan por decreto, sino por las fuerzas del mercado.
9.- Promete inversión pública pero sin pudor alguno dice que esa inversión será dedicada a sus obras consentidas; verdaderos elefantes blancos que terminarán en ríos de dinero tirado a la basura. Nos referimos, como saben todos, a la inútil Refinería de Dos Bocas; al nada claro Tren Maya y, sobre todo, al inservible Aeropuerto de Santa Lucía.
10.- Y, por último, el presidente mexicano ejercita una de las maromas más espectaculares de su gobierno. ¿Recuerdan cuando dijo que, por decreto, en su gobierno había muerto el neoliberalismo? ¿Recuerdan que un día sí y otro también repudia a los neoliberales?
Bueno, pues el punto 10 de su decálogo no es más que el ferviente deseo de que lo más pronto posible entre en vigor el TMEC; el más neoliberal de los tratados de libre comercio.
Queda claro que el decálogo que imaginó AMLO para dizque salvar a las empresas y a las clases medias, no es más que retórica “engañabobos”.
¿Quién, a estas alturas del fallido gobierno de AMLO, se dejará engañar?
Al tiempo.