Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
De la sabiduría del refranero popular.
1.- “¡No es lo mismo ser borracho que cantinero!”.
2.- “¡No es igual cazar que ser cazado!”.
3.- “¡El que no quiera ver fantasmas, que no salga de noche!”.
4.- “¡En política no hay casualidades, sino causalidades!”.
5.- “¡El que a hierro mata a hierro muere!”.
Y vale el ejercicio memorioso porque en Palacio la estulticia y la imbecilidad llegaron al extremo de colocar al presidente mexicano en el mismo banquillo en el que comparece Genaro García Luna, acusado en una Corte norteamericana de mantener presuntos vínculos con cárteles criminales.
Y es que “los genios” de Palacio apostaron por el descrédito tanto de García Luna como de Felipe Calderón, en el juicio que el primero enfrenta en Nueva York, sin entender que “más temprano que tarde” la defensa del ex secretario de Seguridad Pública mexicano respondería “con la misma piedra”.
¿Y cuál es la piedra lanzada por los fiscales contra García Luna?
Poca cosa, el inocultable vínculo del presidente mexicano y de su gobierno con Joaquín Guzmán Loera, motejado como “El Chapo”, quien durante años habría financiado las actividades políticas de López Obrador.
Y sólo era cuestión de tiempo para que en la Corte de Brooklyn “apareciera el peine”, ya que la defensa de García Luna entendió desde el arranque del juicio contra su cliente, que detrás de los fiscales del caso están los intereses del presidente mexicano.
Por eso, en el interrogatorio al que la defensa sometió a Jesús Zambada –criminal del Cártel de Sinaloa motejado como “El Rey”–, no sólo le recordaron su testimonio sobre la corrupción de policías federales y del extinto DF, en el juicio contra El Chapo, sino que llevaron al testigo al extremo de la contradicción.
Sí, una contradicción que exhibe que “El Rey” Zambada mintió en el juicio contra “El chapo” o, en caso contrario, está mintiendo en el juicio contra García Luna. ¿En cual de los dos casos o miente?
De esa manera, la estratagema utilizada por la defensa de García Luna cumplió su cometido, ya que el Juez debió suspender el interrogatorio y, en los hechos, inhabilitó buen parte de las acusaciones de “El Rey” Zambada; sean contra García Luna o sean contra los presuntos vínculos de López Obrador con el “Cártel de Sinaloa”.
Lo simpático del tema es que la mañana del mismo martes en que López resultó “salpicado” por la peculiar revelación de “El Rey” Zambada –por encabezar un presunto “narco-gobierno” en la capital del país–, el mandatario mexicano se había quejado en su “mañanera” de que los medios no atendían adecuadamente el juicio contra García Luna; espantajo que le sirvió durante semanas para lanzar odio y difamar a medios y periodistas
Sin embargo, al día siguiente de que resultó “salpicado” en el juicio que se lleva a cabo en Nueva York, Obrador apareció iracundo y despotricó contra uno de los abogados de García Luna. Y para no variar, hasta terminó por dar las gracias al “Rey” Zambada.
Así expresó su enojo el presidente mexicano: “lo que vimos es una muestra de la mafia que dominó por mucho tiempo al país; lo de ayer es una muestra clara de quererme involucrar, este abogado falsario, calumniador, chueco; resultó más derecho Zambada”. (Fin de la cita)
Es decir, que cuando la calumnia salpica a Calderón o a García Luna, entonces AMLO la aplaude; pero cuando la calumnia es contra López, entonces los calumniadores son mafiosos.
Lo cierto es que al paso de los días se confirma que el juicio contra García Luna en Nueva York no es más que un montaje con fines político electorales; un espectáculo pactado en su momento por los presidentes López y Trump, para favorecer sus respectivas carreras en busca de la reelección y para saciar las venganzas personales del mandatario mexicano.
Y si, está claro que tanto en las acusaciones contra García Luna, como en los señalamientos contra Obrador existe una gran dosis de maniqueísmo y mentira y que, al final, lo que se busca en un espectáculo con fines políticos.
Sin embargo, para millones de mexicanos poco o nada importa lo que se diga en el juicio de Nueva York contra López Obrador.
¿Por qué?
Porque en los últimos 20 años en muchos espacios periodísticos se ha documentado la relación de AMLO con cárteles criminales, tanto en su gestión al frente del GDF, como en la fundación del partido Morena y en elecciones como las de julio de 2021.
Si, los mexicanos no requerimos de las mentiras y del maniqueísmo de “El Rey” Zambada, ya que existen evidencias reales, grabadas y probadas de los vínculos del presidente mexicano con bandas criminales como la de “El Chapo”; pruebas que aquí hemos documentado por lo menos durante 20 años.
Al tiempo.