Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
No es ninguna novedad que en Morena veremos una guerra civil sin cuartel.
Tampoco es nuevo que seremos testigos de una cruenta pelea a muerte que dejará un reguero de cadáveres políticos a lo largo del país, durante los dos años por venir.
Y es que todos saben que en la batalla por la sucesión presidencial de Morena sólo uno –o una–, saldrá victorioso mientras que los derrotados sólo tendrán una de dos alternativas posibles; la muerte política o la rebelión contra el patriarca.
Y también está claro que se trata de una pelea entre hermanos –aquellos que están más cercanos al amado líder–, quienes hacen hasta lo impensable por quedarse con la codiciada herencia familiar: el “dedazo” presidencial para el 2024 en el Partido Morena.
En pocas palabras, no hay duda de que veremos una guerra civil que confrontará a hermanos contra hermanos; pero también a aliados, parientes y amigos de la llamada Cuarta Transformación.
Pero la novedad, la verdadera revelación en la lucha por la sucesión presidencial es que estará a la vista de todos que en la pedestre y bananera política mexicana sigue viva y vigente la barbarie propia de la mitología griega.
Y es que de la misma forma que Saturno devoró a sus hijos para impedir que le arrebataran el poder, en el México de hoy, el padre del clan familiar de Morena, López Obrador, ya devora a aquellos hijos que pretenden “arrebatarle el derecho de imponer al heredero”.
En efecto, cual Saturno bananero, Obrador ya empezó la demolición de uno de sus hijos políticos, no sólo para impedir que le arrebate el poder sino para evitar que le quite el derecho de elegir al heredero.
Y ese hijo político al que desde Palacio destruyen con todo el peso del Estado se llama Ricardo Monreal, quien ya fue echado del selecto grupo de los preferidos del amado líder con un lacónico: “¡Que te vaya bien!”.
Por eso obliga preguntar.
¿Qué hará Ricardo Monreal ante la expulsión del reino y la posibilidad de terminar devorado por su padre?
Como ya dijimos, Monreal sólo tiene dos alternativas frente a la derrota prematura; sólo le quedan la rebelión o la muerte política.
Sin embargo, también todos saben que en la historia de Monreal la rebelión ha jugado un papel preponderante, pero no siempre ha resultado ganancioso.
Por ejemplo, en los previos a la renovación del gobierno de Zacatecas, en 1998, Monreal desertó del PRI cuando el presidente Zedillo le negó la candidatura al gobierno de su tierra natal.
Se enfrentó al PRI y llegó al poder por la vía del PRD. Años después, en 2017 pretendió repetir la historia para buscar la candidatura a jefe de gobierno de CDMX.
Sin embargo, en esa ocasión fue derrotado por su jefe del naciente Partido Morena, López Obrador, quien le entregó la candidatura al gobierno de la capital del país a su preferida, Claudia Sheinbaum.
En aquella ocasión, en el Itinerario Político del 15 de diciembre de 2016, titulado: “¿Parricidio de Monreal contra AMLO?” dije lo siguiente, una vez que, igual que hoy, Monreal fue echado del primer círculo del amado líder.
“Lo cierto es que López Obrador hace todo lo posible por tirar las aspiraciones de Monreal a la candidatura a jefe de gobierno del Ciudad de México, lo que no solo fracturó la relación entre el tabasqueño y el zacatecano, sino que podría cambiar de manera radical los escenarios para 2018.
“Y es que Monreal tiene todo para ganar una elección para jefe de gobierno en CDMX, lo que lo llevaría de manera directa como un potencial candidato presidencial para el 2024.
“Por eso, el escenario coloca a Monreal frente a la necesidad de cometer parricidio político con su jefe de partido, López Obrador. ¿Tendrá las agallas para romper con AMLO? Al tiempo” (Fin de la cita)
Hoy la historia se repite y López Obrador obstaculizas de nueva cuenta a Monreal, para dejar pasar a su preferida, la señora Claudia Sheinbaum.
La historia dice que Monreal no tiene el valor de romper con López Obrador; incluso que le teme, a pesar de que en su papel de Júpiter, AMLO terminará por devorar a Monreal.
Y volvemos a preguntar, igual que el 15 de diciembre de 2016.
¡Monreal tendrá… las agallas de romper con AMLO?
Al tiempo.