Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Sin duda que una de las revelaciones más escandalosas del jaqueo a la Sedena –por parte de #GuacamayaLikes–, es la confirmación de que la elección del 2021 fue lo más parecido a una “narco-elección”.
Y es que según los papeles revelados, la Secretaría de la Defensa recopiló cientos de denuncias no sólo de irregularidades propias de una contienda electoral sino que documentan la presencia –evidente a los ojos de todos–, de cuadrillas electorales pertenecientes al crimen organizado.
Incluso, en abono al escandalo, la noche de la elección para renovar el gobierno de Sinaloa, el candidato de la alianza opositora no sólo aceptó la derrota sino que en el mensaje público llamó a las bandas criminales a dejar en libertad a las decenas de representantes de casilla secuestrados.
Más aún, a los cientos de testimonios y denuncias formales de la presencia criminal en las elecciones estatales y municipales del 2021, se sumaron miles de testimonios periodísticos que llevaron a un puñado de articulistas de distintas entidades a denunciar la narco-elección.
Lo cierto, sin embargo, es que para nadie era un secreto que la elección del 6 de junio del 2021 sería una “narco-elección”.
¿Y por que no era un secreto?
Porque meses antes, distintas ONGs denunciaron la presencia criminal en actividades electorales como el asesinato y amenazas a candidatos; la imposición de aspirantes y la compra adelantada de votos.
Más aún, en el Itinerario Político del 26 de mayo del 2021, titulado “¡El Crimen Organizado ya votó por Morena!”, advertí sobre la participación de las bandas del crimen en la elección mexicana.
Así lo dije: “Las bandas criminales también votan.
“Y en la elección del 6 de junio del 2021 los barones del crimen ya decidieron su voto; y el voto de los grupos criminales se llevará a cabo mediante métodos nada convencionales.
“En realidad se utilizan “los usos y costumbres” de los grupos mafiosos; la plata, el plomo, el secuestro y las amenazas. Pero además –y por pura casualidad–, el voto mayoritario de los criminales resulta favorable al partido oficial, Morena.
“¿Y cómo sabemos que los criminales organizados votaron en su mayoría por el partido de López Obrador?
“Elemental, porque el 60 por cierto de los hechos violentos –crimen, amenazas, secuestros y otros–, han ocurrido contra precandidatos, candidatos y políticos identificados con la alianza PRI, PAN y PRD.
“Por eso, y frente al riesgo de una “narco-elección”, el 6 de junio del 2021, quienes hacemos posible el Itinerario Político establecimos una extensa red de corresponsales desplegados en aquellas entidades en donde era previsible la participación del crimen organizado.
Y como seguramente algunos recuerdan, se trataba de una elección en la que el partido oficial, Morena, tenía especial interés, ya que estaban en juego los gobiernos del llamado “corredor del narco”.
Horas después de la elección, tanto en el Itinerario Político, como en la entrega de Al Tiempo, reporté que en estados como Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Colima, Michoacán San Luis Potosí y Zacatecas, la presencia del crimen organizado y del narcotráfico no sólo había marcado la contienda electoral sino que decidió el resultado.
Días después, en el Itinerario Político del 9 de junio del 2021, titulado: “¿Ganó Morena o ganó el narco?”, escribí lo siguiente: “En política no hay casualidades y son muchos los indicios de que el gobierno de Obrador no sólo pagó a las mafias criminales con una amnistía de facto sino que, en el extremo de la debilidad de Estado, les habría entregado gobiernos estatales completos”.
Recordé que un conocedor del fenómeno “narco” en México, como Manuel Clouthier Carrillo –hijo del mítico Maquío Clouthier–, cuestionó las victorias de Morena en La Costa del Pacífico, el domingo 6 de junio del 2021.
Así lo dijo en sus redes: “¿por qué Morena ganó todo el Noroeste, que incluye la Costa del Pacífico? Muy claro, es su pacto con el cártel de Sinaloa”.
Y si aún lo didan, la entrega del Itinerario Político de aquel 9 de junio del 2021 concluyó así: “Sí, por pura casualidad, Morena ganó los gobiernos de Baja California y Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Michoacán, Colima y Zacatecas, además de que arrasó en el congreso de Tamaulipas.
“¿Y qué tienen de particular que Morena haya ganado los dos estados de la Penínsulas de Baja California; Sonora, Sinaloa, Nayarit, Michoacán, Colima y Zacatecas y, claro, además del Congreso de Tamaulipas?
“En efecto, se trata del “corredor del trasiego de drogas”, en la Costa del Pacífico; entidades en las que operan las principales bandas criminales del pasís; aliadas de manera pública al gobierno de AMLO”. (Fin de la cita)
Hoy, 16 meses después del 6 de junio del 2021, el jaqueo a la Sedena confirma lo que aquí dijimos; que con la ayuda de Palacio y de Morena, ya existen “narcogobernadores”, “narcoalcaldes” y “narcodiputados”.
Es decir, que la Sedena confirmó que México ya es un “narco-Estado”.
Al tiempo.