Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
La guerra ya se declaró al interior de la “nueva mafia en el poder”, motejada como Partido Morena.
Y es una guerra a muerte, como suelen ser las batallas por el poder, no sólo en México, sino en los populismos del mundo entero.
Una guerra que, por lo pronto ya cobró la vida de por lo menos cuatro operadores políticos, aliados de dos de las “corcholatas” presidenciales.
Nos referimos al crimen de los empresarios Zayma Zoraya Zamora y Daniel Flores Nava, ambos vinculados de manera estrecha con Adán Augusto López y quienes perdieron la vida en circunstancias nada claras.
Ella fue acribillada cuando subía a su automóvil, en Poza Rica, Veracruz y él murió al caer la avioneta de su propiedad, a pocos minutos de despegar de la capital veracruzana, luego de participar en un evento proselitista de apoyo a Adán Augusto López.
Nadie ha investigado nada y a nadie le importa investigar el trasfondo de dos muertes que afectan seriamente al candidato presidencial tabasqueño.
Pocos días después, como todos saben, en la Autopista del Sol, en Guerrero, fueron acribillados los empresarios José Fuentes Brito y Manuel Fuentes Calvo; padre e hijo y ambos operadores políticos y financieros del precandidato Marcelo Ebrard en el estado de Guerrero.
Aquí tampoco nadie sabe nada y, al parecer, a nadie le importa saber lo que hay en el fondo de tales crímenes, mientras que el presidente distrae la atención con “el exceso de aire y sal de las papitas” que, dice, son un fraude.
Sin embargo, los crímenes no han pasado por alto para presidenciables de Morena, como Ricardo Monreal, quien en su más reciente visita a Acapulco, denunció que muchos de los asistentes “a la asamblea informativa” que presidió, recibieron presiones y amenazas por asistir al evento.
Así lo dijo: “Hay lugares donde los gobiernos estatales y municipales a la gente se les prohíbe o no se les permite acudir a mis eventos, porque la gente tiene temor de que se molesten si cumplen esa indicación; líderes sociales, transportistas y, Guerrero es uno de los lugares que no me gustaría termináramos divididos”. (FIN DE LA CITA)
Sin embargo, todos en Guerrero y en Morena saben que tanto la gobernadora, Evelyn Salgado, como las alcaldesas de Acapulco y Chilpancingo, Abelina Rodríguez y Norma Otilia Hernández, respectivamente, mantienen vínculos con bandas criminales locales.
En pocas palabras, queda claro –y está a los ojos de todo el que lo quiera ver–, que los presidenciables de Morena empezaron una guerra a muerte por alcanzar la codiciada nominación de Palacio.
Y por eso obliga preguntar: ¿Quién va a poner freno a los crímenes políticos, a las venganzas y ejecuciones?
Y es que mientras a diario vemos crimenes políticos y venganzas criminales –como las que ya citamos arribas–, y como la ejecución del Director Jurídico del Congreso de Nuevo León –ocurrida apenas el pasado lunes en un campo deportivo–, en México no aparece por ningún lado el Fiscal General.
¿Alguien sabe dónde está el Fiscal General? ¿Alguien sabe por qué no se investigan los crímenes políticos?
Lo cierto es que no es nuevo lo que estamos viendo. La guerra política entre las “corcholatas” de Morena la advertí en el Itinerario Político del 26 de agosto del 2022, titulado: “Marcelo y Monreal: la rebelión que viene”.
Así lo dije: “Para Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, la presidencial del ya cercano 2024 será lo más parecido a “la última llamada”.
“Es decir, la última oportunidad para alcanzar la codiciada y siempre anhelada postulación como candidatos presidenciales; estandarte que buscaron desde sus tiempos de priístas, perredistas y hoy “lopistas”.
“Y es ´la última llamada´ porque en seis años más –si es que no son bendecidos para el 2024, como lo sugieren todos los pronósticos–, Monreal y Ebrard serán desechos políticos de una de las peores etapas de la historia mexicana; la fallida gestión de AMLO.
“Peor aún, la del 2024 es una contienda en donde los dos veteranos de la política han sido sometidos a las más vergonzosas humillaciones en espera de lealtad total y abyección absoluta por parte del tirano López; el dictador que, incluso, llegó al extremo de motejarlos con el feo nombre de “corcholatas”.
“Por esas razones, hoy es posible pronosticar que tanto Monreal, como Marcelo no se quedarán quietos, tampoco callados y menos claudicarán en su última oportunidad de postularse al cargo presidente.
“Dicho de otro modo, resulta que en preparación para la decisión final; en espera del “dedazo de Palacio” que favorecerá a Claudia Sheinbaum, los señores Ricardo y Marcelo ya preparan el terreno, los escenarios y a sus respectivos equipos políticos para lo que será “su última batalla”.
“¿Y cuál será esa batalla?
“Será la guerra una rebelión que seguramente llevará a Monreal y a Marcelo a la boleta electoral del 2024, a pesar de que la decisión los confronte de manera directa con López Obrador, el dueño de Morena y el único e indiscutible “fiel de la balanza” para elegir al sucesor”. (FIN DE LA CITA)
Hoy, a los ojos de todos, en Morena se están matando, se despedazan y unos a otros debilitan al adversario con la ayuda de las bandas criminales; matarifes aliados de Morena que, curiosamente, también tienen a sus preferidos, aliados y sus favoritos para el 2024.
Por eso volvemos a preguntar: ¿Le alcanzará el crimen organizado, para imponer al proximo presidente en la elección del 2024? ¿No hay nadie capaz de evitar una tragedia como esa, desde las instituciones del Estado mexicano?
Al tiempo.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.