Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
RICARDO ALEMÁN
Primero la pregunta fundamental.
¿Quién no recuerda la siguiente frase del refranero popular: “es lo mismo, pero no es igual”?
En efecto, una “corcholata” también es “una tapadera”.
Lo cierto es que el mexicanismo “corcholata” –un corcho de lata–, alude a la tapadera de las bebidas embotelladas.
Pero cuando el mexicanismo se lleva a la política, como lo llevó López Obrador, entonces todo cambia de manera radical. ¿Por qué?
Porque al acuñar el mote de “corcholatas” para aludir a los potenciales candidatos de su partido en la sucesión presidencial, en realidad el presidente se asume como “el destapador”.
Dicho de otro modo, AMLO es el verdadero “dedo” que “destapará” a la elegida o al elegido por Morena en la contienda del 2024. Claro, remedo perfecto del presidencialismo priísta, que acuñó el “fiel de la balanza”.
De esa manera, López reconoce que no solo es “el jefe máximo” del poder y la política en México, sino que es el “destapador” de la “corcholata” que, en el sexenio por venir, servirá de “tapadera” de las escandalosas raterías, crímenes de Estado y del desastre que dejará AMLO en el país entero.
Por eso la pregunta que titula la entrega de hoy del Itinerario Político: “¿Son “corcholatas” o serán “la tapadera””?
Y había alguna duda, la confirmación del control absoluto de Palacio sobre la sucesión presidencial se produjo con el montaje del pasado domingo en el Consejo Nacional de Morena, en donde se aprobó sin cambio alguno el documento propuesto por el presidente a los cuatro aspirantes elegidos.
Sí, nuevamente el presidente de los mexicanos engañó a todos con la verdad. Sí, al mejor estilo del viejo PRI, Obrador dijo claramente que él sería “el destapador” y que el elegido será “la tapadera” del cochinero sexenal.
Pero tampoco es una novedad. Lo cierto es que en el Itinerario Político del 23 de mayo del 2022, titulado: “No son presidenciables: serán la “tapadera” de AMLO”, advertí lo que hoy ocurrió en Morena y además dije que veríamos un feo “Maximato”.
Así lo explique: “No, López Obrador no prepara un sucesor. Tampoco busca un heredero –mujer o varón–, capaz de “continuar su obra”, que no es más que una montaña de mentiras motejada como Cuarta Transformación.
“No, en realidad lo que el presidente mexicano busca de manera desesperada es “una tapadera” incondicional a la que pueda “mangonear” a su antojo para que, de inmediato, cumpla dos objetivos fundamentales.
“Primero, que el ungido –ella o él–, le garanticen lealtad y complicidad a toda prueba para sepultar –en las cañerías del poder–, el “cochinero” pestilente que López dejará como herencia de gobierno.
“Y, segundo, que el preferido acepte jugar el penoso y costoso papel de “marioneta” y que la docilidad sea tal que el verdadero mandamás en el sexenio próximo siga siendo Obrador.
“Es decir, que mediante la sumisión y el miedo, el eventual sucesor de AMLO será sometido y se convertirá en títere en manos del verdadero poder detrás del trono.
“Esa es la aspiración real de López Obrador para el 2024; el anhelo de un Maximato que, además, será arropado por el poder sin límite que hoy les otorga el presidente a las fuerzas castrenses.
“Por eso el impensable e inconstitucional empoderamiento de militares, marinos y guardias nacionales. Y por eso “la lealtad” y “la docilidad” a toda pruebano son las principales exigencias de López a los potenciales sucesores para el 2024.
“Y también por eso un primer ensayo del mayor crimen contra la democracia lo veremos en la contienda electoral del 5 de junio del 2022.
“En efecto, en la elección para renovar los gobiernos de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas veremos gobernadores del PRI y el PAN que, a cambio de impunidad, entregarán la plaza a Morena.
“Sí, por increíble que parezca, veremos gobernadores como Alejandro Murat y Omar Fayat que traicionarán a su partido a cambio de una embajada.
“Pero tampoco es nuevo que veremos elecciones de Estado en las que ya meten la mano las autoridades federales y estatales sino que estará a la vista de todos la intervención del crimen organizado en la compra y coacción del voto; en la presión a candidatos y en la amenaza a líderes políticos.
“En suma, el 5 de junio del 2022 veremos un primer ensayo de lo que será la presidencial del 2024; una contienda en la que Morena y el presidente López Obrador se robarán la elección para imponer el Maximato. Al tiempo”. (Fin de la cita)
Sí, de nuevo se cumplió lo que aquí pronosticamos.
Al tiempo.
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