Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
RICARDO ALEMÁN
Lo que faltaba; el mago de Palacio que aspira a desaparecer la realidad.
Y es que en Palacio tenemos un mago capaz de esfumar cien millones de pesos, sólo con su voluntad mentirosa.
Sí, así respondió López Obrador al ser cuestionado por paleros de su gobierno, sobre los negocios turbios de “Andy”, el preferido de Palacio, quien fue exhibido por Latinus, de Carlos Loret, como uno más de los numerosos corruptos del sexenio.
López dijo que sus hijos “no son corruptos y 100 millones no son nada”.
Luego reconoció que los documentos mostrados son ciertos, que los personajes exhibidos en el reportaje “si son amigos” de sus hijos, pero insistió que es “absolutamente falso” que su prole haga negocios turbios.
Al final, queda claro que el presidente mexicano no logra desmentir una sola coma de otro reportaje sobre las corruptelas de sus vástagos quienes, junto con la familia de AMLO, se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para su gobierno, a causa de los reiterados escándalos de corrupción.
Pero el problema de fondo para México y los mexicanos es que en Palacio no vive un presidente, tampoco un estadista y menos un gobernante.
No, en Palacio vive un mago capaz de contagiar a todos, incluso a los grupos criminales más buscados, con sus retóricas mentirosas, esa que supone que ocultando o negando la realidad, dicha realidad desaparece.
Y es que al tiempo que crecía el escándalo de las corruptelas de “Andy”, el abogado de la familia de “El Chapo” logró filtrar como nota principal al informativo de Milenio Televisión, del pasado miércoles, una carta de “Los Chapitos” a la opinión pública.
Es decir, que sin ningún rigor periodístico, ético y menos profesional, Milenio abrió su señal, sus frecuencias y sus páginas a los grupos criminales, que no sólo se dicen inocentes, sino víctimas de una persecución mediática. Es decir, ahora resulta que los criminales más sanguinarios de la historia, se quejan de los matones de las redes.
Parece que a Milenio no le importa que tales grupos criminales usen sus frecuencias, sus señales y sus páginas para engañar a la sociedad.
¿O qué se supone que debiera esperar la sociedad de la respuesta de un grupo criminal acusado de ser la mayor fábrica y los mayores exportadores del destructivo fentanilo en el mundo?
¿Habrá alguien, con un milímetro de sentido común y racionalidad, capaz de creer que los criminales del “Cártel de Sinaloa” dicen la verdad? ¿O será que asistimos a la captura criminal de medios como Milenio?
Lo cierto es que si los criminales motejados como “los chapitos” quieren lavan su imagen, deben presentarse ante la justicia y sólo la justicia debe resolver sobre su inocencia o no.
Mientras tanto los medios no están para darle voz a una banda del crimen organizado que, además, se identifica como aliada del gobierno mexicano. ¿O será que Milenio ya también es parte del Cártel de Sinaloa?
Curiosamente, en la misma “mañanera” en donde AMLO apeló a la inocencia de sus hijos y avaló la actividad criminal de “Los Chapitos”, el secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, desmintió un reportaje sobre la producción de fentanilo en México.
Sin más pruebas que su palabra –al mejor estilo de Palacio–, el militar dijo que no era real el reportaje y punto. Es decir, “Estrategia José Alfredo Jiménez”; conocida por todos como “mi palabra es la ley”. Sí, de nueva cuenta esconden la realidad para que todos crean que esa realidad no existe.
Pero la verdadera joya la vimos de voz del narco-gobernador Américo Villarreal, quien a pesar del gravísimo problema de inseguridad y de captura de su gobierno, por parte del crimen, pidió a los medios “no hacer una resonancia mayor” sobre la proliferación de la violencia en Tamaulipas.
¿Y por qué el “narco-gobernador” aplica la censura a los medios para esconder la violenta realidad que viven los tamaulipecos?
De risa loca: “para no cancelar las grandes oportunidades que tiene Tamaulipas para un desarrollo económico y de muchas opciones que se están abriendo en esta expectativa coyuntural que nos está tocando vivir”.
De nueva cuenta la mentira, el engaño y la alteración de la realidad, como política pública privilegiada. Y es el “narco-mandatario” Villarreal oculta a los ciudadanos que no existe desarrollo en una entidad en donde quienes mandan, gobiernan e imponen sus reglas, son los grupos criminales.
Lo peor del caso es que asistimos a la confirmación de que en México no hay gobierno, no hay presidente y no existe el Estado; lo que tenemos en Palacio es un aprendiz de mago que miente y engaña a diario, además de que, por arte de magia, también todos los días intenta desaparecer la realidad.
Al tiempo.