Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
RICARDO ALEMÁN
El golpe es demoledor.
Más aún, es lo más parecido al letal “uno-dos” de la jerga boxística.
Y es que, en los hechos, se trata de un “golpe letal” de los “sabuesos” norteamericanos quienes lanzaron un “golpazo” al corazón del gobierno mexicano.
Sí, las agencias de espionaje de Estados Unidos, especialmente la DEA, se metió hasta el corazón del cártel de Sinaloa y, en los hechos, rompió la alianza que desde hace décadas mantiene esa banda criminal con López Obrador, hoy convertido en presidente mexicano.
Y por eso, porque el gobierno norteamericano tiene toda la información de la alianza entre AMLO y “El Chapo”, primero desdeñó la Cumbre sobre drogas y armas que se llevó a cabo el pasado 13 de abril del 2023 en La Casa Blanca y horas después lanzó la mayor persecución contra el cártel de Sinaloa.
Una persecución que incluye una recompensa millonaria por datos que lleven a la captura de tres de los cuatro hijos de “El Chapo” Guzmán y la extradición de todos ellos, incluido Ovidio, actualmente preso.
Y a pesar del “golpazo” a su gobierno, por primera ocasión el presidente López Obrador fue cauto para responder y hasta el pasado sábado se había mantenido al margen, sin importar que la DEA se infiltró en los niveles más altos de la organización de “El Chapo Guzmán”.
Dicho de otro modo, está claro que el presidente mexicano sabe que su homólogo norteamericano, Biden, tiene toda la información sobre los acuerdos de Obrador con el jefe del cártel de Sinaloa; conoce las razones de las repetidas visitas del mandatario mexicano a Badiraguato, Sinaloa y tiene las pruebas de esa alianza perversa entre AMLO y “El Chapo”.
Y ese es el principal mensaje del operativo lanzado por Biden contra la poderosa organización de “Los Chapitos”; mensaje que se puede traducir en tres palabras: “lo sabemos todo”.
Es decir, que el gobierno norteamericano no solo tiene la información de que “Los Chapitos” –Ovidio Guzmán López, Joaquín Guzmán López, Jesús Alfredo Guzmán Salazar e Iván Archivaldo Guzmán Salazar–, son los jefes de la banda criminal que produce y exporta fentanilo a Estados Unidos, sino que conoce los intríngulis de la alianza entre AMLO y “El Chapo”.
Por eso, el gobierno norteamericano no solo exigió la extradición de Ovidio Guzmán al gobierno de Obrador, sino que ofreció una recompensa por el resto de sus hermanos.
Pero vamos al paso a paso.
Vale recordar que desde el arranque de la administración de Joe Biden, el gobierno norteamericano exigió a México intensificar la lucha contra la producción y tráfico de fentanilo; opioide sintético que al año provoca más de cien mil muertes en Estados Unidos.
La respuesta del gobierno mexicano fue el desdén oficial y la negativa del propio presidente sobre la producción de fentanilo en México.
Por eso, como prueba de su dicho, Obrador respondió con una carta al presidente chino, Xi Jinping, en la que pedía información, sobre todos los detalles de la venta de precursores químicos de fentanilo a México.
La respuesta del gobierno chino –como lo quería el gobierno mexicano–, fue una negativa rotunda a toda posibilidad de venta de precursores químicos de fentanilo a México.
También por eso, el siguiente paso de la diplomacia mexicana fue proponer una Cumbre, en La Casa Blanca, para analizar el tráfico de armas de Estados Unidos a México y el tráfico de fentanilo al vecino del norte.
Ese fue el primer golpe contra México. Y es que López Obrador ordenó la participación de seis secretarios de Estado a una Cumbre en donde sólo asistieron, del lado norteamericano, funcionarios de rango menor.
En pocas palabras, al gobierno de Biden nada le importó lo que dijo una delegación mexicana que, por si fuera poco, insistió en negar que México sea productor de fentanilo.
Al día siguiente de la desairada Cumbre, el gobierno de Biden anunció, de forma unilateral, una cacería contra 28 integrantes del cártel de Sinaloa, sobre todo contra “Los Chapitos”.
Pero hay más, ya que La Casa Blanca reveló haber infiltrado, hasta el nivel más alto, al cártel de Sinaloa y confirmó la existencia de laboratorios de fentanilo en México, principalmente en Sinaloa.
Como queda claro, el mensaje resultó demoledor para el gobierno mexicano y para el presidente López Obrador.
¿Y por qué resulta demoledor?
Por una razón elemental; porque el gobierno de Biden “lo sabe todo” sobre la alianza de AMLO y “El Chapo” Guzmán.
Una alianza que se convirtió en la más poderosa herramienta del gobierno norteamericano contra el presidente de México.
¿Lo dudan?
Al tiempo.
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