Líneas Quadratín
La pregunta obliga, frente al polarizado clima político imperante.
Y es que Carlos Urzúa no sólo era uno de los más severos críticos del agonizante gobierno de López Obrador, sino que se trataba de los pocos mexicanos que conocía a la perfección las entrañas del fallido gobierno.
¿Qué pasó realmente con Carlos Urzúa, un mexicano no solo congruente sino ejemplar, que perdió la vida de manera poco clara?
Aquí no sabemos, a ciencia cierta, cuál fue la razón del desenlace.
No tenemos ninguna prueba de que haya sido muerte natural, tampoco producto de un accidente o, incluso, que se haya tratado de un acto criminal.
Y probablemente nunca nadie llegue al fondo del asunto ya que, de manera apresurada, la Fiscalía de la Ciudad de México cerró el caso y sostuvo que se trató de muerte natural y, por tanto, no habría ninguna investigación.
Lo que sí sabemos, sin embargo, es que la autoridad capitalina, en manos de Morena, es poco seria, poco confiable y nada creíble. Sí, en no pocos casos la fiscalía ha mentido, engañado, falsificado documentos y declaraciones, al extremo de hacer de la justicia un montaje.
También sabemos es que toda muerte producto de un accidente, no es una muerte natural y, por tanto, la autoridad debe investigar el origen y la causa del supuesto o real accidente.
Sabemos que la familia de Carlos Urzúa –según declaró la señora Xóchitl Gálvez–, dijo que se trató de un infarto fulminante.
Pero también sabemos que corresponde sólo a la autoridad competente determinar la causa de todo fallecimiento, en especial en un supuesto accidente, como en el que presuntamente perdió la vida Carlos Urzúa.
Sabemos que luego de ser uno de los colaboradores más cercanos del presidente Obrador, el brillante Carlos Urzúa desertó por no estar de acuerdo con locuras como la destrucción del NAIM.
Sabemos que, desde su ruptura con AMLO, Urzúa se convirtió en uno de los más puntuales y severos críticos de un presidente que ha llevado al país a uno sus peores momentos, no solo en economía, sino en política, corrupción, rendición de cuentas y violencia.
Por eso, también sabemos que el ex titular de Hacienda –al arranque del “obradorato” –, se convirtió en un activo promotor de frenar a la pandilla criminal que se escuda en el Partido Morena y por eso, Urzúa fue una de las figuras emblemáticas de la marcha en defensa de nuestra democracia.
Sabemos que horas antes de su muerte, durante una larga caminata en esa movilización ciudadana, Carlos Urzúa no mostraba ningún síntoma de enfermedad, fatiga o debilidad, según declararon quienes lo vieron y saludaron en la protesta, lo que además confirman las imágenes gráficas.
Sabemos que, pocas horas antes de su muerte, en sus redes sociales el propio Carlos Urzúa invitó a leer su colaboración de ese lunes 19 de febrero del 2024, en el diario El universal, en donde formulaba una severa crítica al presidente Obrador por el descuido en el tema del agua.
Sabemos que, en una entrega reciente de su colaboración semanal en el diario El Universal, Carlos Urzúa denunció la existencia de 600 mil fantasmas en los programas del bienestar; un desfalco descomunal a los ojos de todos y que, simple y llanamente, solapan en Palacio.
Sabemos que pocos días antes de su muerte se había sumado a la campaña de la opositora Xóchitl Gálvez, en donde se convertiría en una pieza clave, sobre todo por su depurado conocimiento de los intríngulis del agonizante gobierno de López.
Sabemos que horas después de la muerte de Carlos Urzúa, desde Palacio se ordenó una rabiosa campaña de bots, a manera de control de daños, para insultar, difamar y ofender a todo aquel que cuestionara el tratamiento legal a la repentina muerte de Urzúa.
Sabemos que, en su mañanera del martes 20 de febrero del 2024, por pura casualidad, el propio AMLO utilizó los mismos adjetivos de los millones de bots lanzados contra quienes pusieron en duda el supuesto accidente y/o muerte natural de Urzúa.
Sí, los llamó “perversos, viles, zopilotes, buitres” que “no tienen pruebas del lamentable hecho en donde la familia dice que fue un accidente”.
Pero también sabemos que la palabra de López Obrador no vale un centavo, ya que en 63 meses de gobierno el presidente mexicano ha formulado casi 200 mil mentiras. Es el rey de la mentira en el mundo.
Por eso volvemos a la pregunta original.
¿Algún día sabremos, a ciencia cierta, lo que provocó la muerte de Carlos Urzúa?
Al tiempo.