Líneas Quadratín
Cuando era candidato presidencial, López Obrador llamó “Chachalaca” al presidente Fox, por entrometerse en el proceso electoral.
Sin duda muchos recuerdan el mítico: “¡Cállate Cha-cha-laca…!”.
También cuando era candidato, Obrador escribía libros con sus propuestas de campaña; verdaderos compendios de mentiras, de puño y letra del eterno aspirante presidencial.
Libros como el titulado: “2018: La Salida, Decadencia y Renacimiento de México”, en el que ofrecía un decálo de propuestas que nunca cumplio, a pesar de que sólo le restan ocho meses en el poder.
Lo curioso es que, una vez convertido en presidente y a meses de ser relevado del Ejecutivo, López encarna a la “chachalaca” de Palacio y se ha convertido en jefe de campaña de su heredera, a quien le impone no 10, sino 20 propuestas para perpetuarse en el poder.
Y es que el paquete de reformas constitucionales que el mandatario mandó al Congreso, el pasado 5 de febrero del 2024, no es más que la hoja de ruta para seguir al frente del Ejecutivo, a través de un grosero Maximato.
Sí, AMLO pretende seguir al frente del gobierno hasta llevarlo a una “dictadura perfecta”; sin contrapesos, sin órganos autónomos, sin rendición de cuentas, sin oposición, sin división de poder, sin Poder Judicial y con todas las facultades para ser el único capaz de mandar en México.
Y la mejor prueba es que, de inmediato, Claudia Sheinbaum hizo suyas las reformas de López, mientras que la cargada de gobernadores y legisladores de Morena se volcó en apoyo a tales enmiendas, a pesar de que sólo buscan aniquilar la democracia mexicana.
En pocas palabras, lo que estamos viendo no solo en Morena sino entre todos sus aliados partidistas, es que la llamada izquierda –esa que por décadas luchó a favor de la democracia, la rendición de cuentas, elecciones confiables y equitativas, sin la intervención del poder en turno–, hoy busca volver al pasado para convertirse en la versión moderna del PRI más rancio.
Y por eso la pregunta: ¿Seguirá en el poder presidencial un mentiroso patológico, como AMLO, que por decreto pretende destruir la democracia?
El problema no son las mentiras de Palacio y tampoco los decretos para destruir la democracia. No, el verdadero problema es que en México abundan los idiotas que le siguen creyendo al mesíanico López. Y aquí es donde viene lo interesante del asunto.
La interrogante anterior la formule en el Itinerario Político del 9 de febrero de 2017, titulado: “AMLO: mentiras de puño y letra”.
Por eso, va un extracto del Itinerario Político de hace siete años: “Para muchos es nuevo el fenómeno de “la verdad alternativa”, también llamada “posverdad”. Es decir, la verdad sustituida por mentiras flagrantes, propias de políticos cuyo objetivo es engañar a los ciudadanos.
“Lo cierto es que en México no son nuevos los fenómenos de “la verdad alternativa” o “posverdad”. Tampoco que políticos de todos los partidos pretenden engañar a ciudadanos y potenciales votantes, en tiempos electorales.
“Más aún, las campañas electorales son –en México y el mundo–, una diligente competencia de mentiras. Y, en no pocos casos, la victoria electoral es de aquel cuyas mentiras son mayores. Incluso, autores como Savater dicen que si los políticos dijeran la verdad, nadie votaría por ellos. Es decir, que a ciudadanos como a electores, “nos gusta ser engañados” por los políticos.
“Sin embargo, hoy asistimos a un ejemplo extremo del político mexicano mentiroso, para quién los límites ya no existen, para el que no hay freno y al que le importa un pito que los ciudadanos descubran sus mentiras.
“Nos referimos al mentiroso que, además de plasmar en letra de molde sus mentiras, las organiza en un libro, paga un tiraje considerable y hasta una costosa presentación de su colección de mentiras; engañifa convertida en libro de texto para la legión de mentirosos.
“El mentiroso patológico se llama López Obrador, autor del compendio de mentiras titulado “2018: La Salida, Decadencia y Renacimiento de México”. Mentiras presentadas como promesas de campaña para 2018. Y es tal el tamaño de las mentiras que, según muchos especialistas, una aventura como esa podrían llevar a México a una dictadura como la de Venezuela.
“¿Y cuáles son las mentiras de AMLO, salidas de su puño y letra?
“1.- No aumentar impuestos y bajar el precio de la gasolina. 2.- Producir en México toda la gasolina requerida. 3.- Construir dos refinerías; Campeche y Tabasco, a un costo de 420 mil millones de pesos. 4.- Lograr crecimiento económico entre 4 y 6 por ciento anual al finalizar 2024. 5.- Reconfigurar las refinerías de Tula, Salina Cruz, y Salamanca, con inversión superior a 50 mil millones de pesos. 6.- Mejorar el nivel de bienestar y cambiar el estado de ánimo de los mexicanos. 7.- Erradicar hambre y pobreza extrema en México. 8.- Becas, apoyos a la población y obras con costo de 550 mil millones de pesos. 9. Que la compra del voto sea sólo un mal recuerdo. 10. Y, sobre todo, hacer que la delincuencia organizada esté acotada y en retirada.
“Es decir, se trata de un decálogo de la mentira, escrito y firmado del puño y la letra de AMLO, quien además lo presume como la panacea; la fórmula mágica para salvar a México y al mundo.
“¿Cómo nunca se les ocurrió –a los gobernantes del mundo–, que todos los males de la humanidad se resuelven con decretos, con buena voluntad, con el deseo y la firma del iluminado, que ordena hágase… y se hace?
“Por eso la pregunta: ¿Llegará al poder presidencial un mentiroso patológico, como AMLO, que exhibe sus mentiras, de puño y letra?
“El problema no es que un mentiroso se aviente la puntada de hacer un libro con sus mentiras. ¡El problema es que abundan los idiotas que creen esas mentiras! Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Sí, luego de siete años del anterior texto, vuelvo a preguntar: ¿Veremos de nueva cuenta a 30 millones de idiotas votando por la grosera continuidad de López Obrador?
Al tiempo.