Los límites de la complacencia
A propósito del despido de la periodista Azucena Urestí –luego de 20 años en Milenio televisión–, ocurrido el viernes 19 de diciembre del 2023, se confirmó el diagnóstico que aquí formule sobre la persecusión de periodistas en el gobierno de López Obrador.
Lo dije en mayo de 2018 y lo reformule en el Itinerario Político del 23 de octubre del 2020; dije que AMLO y sus esbirros elaboraron una “lista negra” de periodistas y críticos, a los que satanizaban desde Palacio para que, a su vez, los dueños de los medios hicieran “el trabajo sucio” de despedirlos.
Y eso ocurrió en el caso de Milenio televisión y la conductora Azucena Uresti, a quien echaron los dueños de la televisora a petición de Palacio.
Y sí, de nueva cuenta el tiempos me dio la razón. Por eso, aquí el Itinerario Político del 23 de octubre del 2020. Juzguen ustedes.
“Ningún presidente mexicano había llegado al extremo de amedrentar a los periodistas, de manera pública y en Cadena Nacional de televisión, como lo hace López Obrador.
“El mayor exceso de un presidente contra los críticos fue el mítico “no les pago para que me peguen”, de José López Portillo.
“Hoy, otro López, pero en este caso Obrador, señala, por nombre y apellido a sus críticos, a los que metió en su particular “lista negra”, al tiempo que exaltó a quienes lo aplauden.
“Es decir, el presidente mexicano confirmó que el suyo no es un gobierno democrático sino una vulgar tiranía intolerante a la crítica.
“Y es que en los regímenes totalitarios, en los gobiernos fascistas y en las dictadura, todo aquel ciudadano, grupo social o partido opositor que expresa una opinión contraria al régimen, es considerado “subversivo”, “neoliberal”, “enemigo del pueblo”, “peligroso” y, sobre todo, “contrario al cambio”.
“En la mayoría de dictaduras –por no decir que en todas–, los nombres de los críticos, los opositores, los subversivos y quienes acusan las pulsiones perversas del dictador, son metidos al “saco común” conocido históricamente como “la lista negra”, que supone el inventario de los enemigos del régimen.
“Pero la “lista negra” tampoco es exclusiva de los regímenes dictatoriales del llamado socialistas o comunismo.
“No, en Estados Unidos, en “el periodo negro” del “macartismo” –así conocido por el ultra conservador senador norteamericano Joseph McCarthy
–, los llamados “enemigos de Estados Unidos” a los que se catalogaba como “izquierdosos”, fueron parte de una “lista negra” y perseguidos bajo el presunto cargo de “comunistas”.
“Entre otros fueron perseguidos, Charles Chaplin, Humphrey Bogart y Katherine Hepburn, además de directores como John Houston y guionistas como Ling Landner.
“Lo cierto es que la alusión a una “lista negra” –de políticos, periodistas, enemigos, empresarios o adversarios–, es propia de una dictadura.
“Más aún, una “lista negra” es la confirmación de la venganza y el rencor sociales que no tienen cabida más que en las dictaduras, en los gobiernos represores y en las tiranías.
“Por ejemplo, en el fascismo italiano –durante el terror dictatorial de Mussolini–, la “lista negra” era reservada para los periodistas y los opositores, a quienes el dictador amenazaba de manera cotidiana en la plaza pública.
“Incluso, el dictador italiano –verdadero alter ego de López Obrador–, ordenó el asesinato de los más reputados opositores y periodistas; crímenes de Estado que cínicamente reconoció el propio Mussolini, quien llegó al extremo de convertirlos en actos heroicos.
“En el caso de la dictadura de Hitler, la “lista negra” incluía una mayoría de judíos ; entre quienes había periodistas, opositores, artistas, empresarios… millones de ellos asesinados por la mente criminal del dictador germano.
“En la España de Franco, la “lista negra” la integraban, sobre todo, los republicanos y disidentes; miles de españoles muertos en fusilamientos sumarios –por el delito de disentir y oponerse a la dictadura–; crímenes que por años fueron ocultados al mundo.
“En Chile, la “lista negra” la nutrían quien se oponían, criticaban, apelab2an a libertades básicas. Y miles dieron la vida por esas libertades elementales.
“Hoy, en el México de López Obrador, la “lista negra” está reservada –igual que en el caso de los sátrapas de la historia universal–, para periodistas, intelectuales, críticos y opositores.
“Pero contrario a la mayoría de las dictaduras “la lista negra” de López Obrador va de la mano de los dueños de los medios, quienes hacen parte del “trabajo sucio” del dictador.
“Así, por ejemplo, luego que el dictador López señala con el índice flamígero –sea en sus “mañaneras”, sea a través de una persecución en redes, como fue el caso de Ricardo Alemán–, a tal o cual de sus críticos, no pocas empresas obsequiosas con el tirano se apresuran a despedir al o los señalados.
“Al final de cuentas, cuando López Obrador recurre a la exhibición publica de una lista de periodistas, articulistas e intelectuales críticos de su gobierno –en espera de que sean despedidos–, confirma que el suyo no es un gobierno democrático, sino una dictadura. Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
¿Teníamos o no razón?
Al tiempo.