Poder y dinero
La decisión salió directamente de Palacio.
Y es que el locuaz Samuel García ya se había convertido en un lastre; la mayor carga para Claudia, la preferida presidencial.
Y la decisión de catalizó de manera fulminante cuando, en un lance desesperado –cuando ya se había decidido su caída–, Samuel le propuso al presidente la estrategia “Juanito”.
Es decir, designar en su lugar a su esposa Mariana, como candidata presidencial, por Movimiento Ciudadano.
Por eso, la ocurrencia del “títere” Samuel provocó un manotazo en la mesa de Palacio: enojo que dejó al ex gobernador de Nuevo León igual que “al perro de las dos tortas”, sin el gobierno estatal y sin la candidatura presidencial.
Y es que cuando el “fosfo-fosfo” entendió el tamaño de su estupidez, ya era tarde, habían pasado las 00:00 horas del sábado 2 de diciembre del 2023, límite horario para anunciar al Congreso su regreso al cargo de gobernador constitucional de Nuevo León. Sí, ya era tarde cuando Samuel acudió a la que fue su oficina, para reclamar su regreso al ejecutivo estatal.
Y es que, por mandato de la Suprema Corte, el despacho ya no le pertenece a Samuel, sino que es del gobernador interino, Enrique Orozco, a pesar de que Samuel ordenó el anuncio de su regreso en el Diario Oficial.
Es decir, que “Sami” –como lo motejan sus paisanos–, incurrió en el delito de “usurpación de funciones”, que amerita cárcel. ¿Por qué?
Porque el Congreso estatal no fue informado del regreso de García al cargo de gobernador y el fin de su licencia temporal, en los tiempos formales.
Peor aún, a las 00:00 horas del sábado 2 de diciembre –fecha fatal–, terminó el fuero que le otorgaba inmunidad al gobernador Samuel García y, por tanto, el ciudadano del mismo nombre será llevado a juicio por delitos como lavado de dinero y defraudación fiscal.
Por tanto, se cumplió la máxima del poder y la política: “lo que el poder da, el poder lo quita”.
Si, Samuel García fue usado por el presidente para jugar el papel de golpista contra la candidata Xóchitl Gálvez –a partir de sus ambiciones demenciales–, pero el mismo poder presidencial lo echó “del paraíso” y lo mandó al bote de basura, a causa de su estulticia sin freno.
Y es que, como ya se dijo, Samuel se había convertido en un lastre y en un peligro mayor para Claudia, la preferida de Palacio.
Y por eso las preguntas.
¿Qué pasará con el gobierno interino? ¿Qué pasará con Samuel García, con Movimiento Ciudadano; qué pasará con el farsante Dante Delgado y qué pasará con la ingobernabilidad que se vive en Nuevo León?
Sin duda que Samuel García pasará a la historia como el más efímero y mas tonto candidato presidencial; como el gobernador de Nuevo León más mentiroso e ineficaz y, sobre todo, como el político norteño más bobo.
A su vez, Movimiento Ciudadano seguirá en calidad de prostíbulo de la política mexicana, mientras que Dante Delgado pagará cara la impostura que montó para engatusar a los mexicanos y a muchos políticos ingenuos que no entendieron que el partido naranja es peor que el circo de las cachetadas.
Sin embargo, que nadie cante victoria ante lo ocurrido.
¿Por qué?
Porque en los próximos meses, cuando quede claro que la candidata del oficialismo resulte derrotada, el escándalo de Samuel García será utilizado desde Palacio como señuelo para crear una nueva crisis constitucional, capaz de desatar un “golpe de Estado”.
Y es que, en efecto, nadie se puede llamar a sorpresa frente a la truculencia, el cinismo y la notable cultura fascista que anida en Palacio y, sobre todo, ante al “golpe de Estado” que desde su llegada al poder puso en marcha López Obrador.
¿Y por qué no es o no debiera ser sorpresa el cinismo, el fascismo y el golpismo de AMLO?
Por razones elementales.
1.- Porque con el retiro de Samuel García de la candidatura presidencial –retiro urdido en Palacio–, Obrador y su gobierno tendrán el pretexto ideal para invocar un “golpe de Estado”, una vez que Morena y sus candidatos resulten derrotados en la presidencial del 2024.
2.- Porque esa hipótesis no es nueva para los lectores frecuentes del Itinerario Político, quienes fueron advertidos –por lo menos desde hace más de una década–, sobre las pulsiones “golpistas”, el cinismo y la mitomanía que dominan las acciones y decisiones políticas de Obrador.
3.- Porque, además, aquí documenté hasta el cansancio –con pelos y señales–, sobre la peligrosa cultura fascista del hoy presidente mexicano: adorador confeso del padre del fascismo, Benito Mussolini, además de alumno destacado de dictadores como Hitler, Stalin, Franco y los Castro cubanos.
4.- Y, sobre todo, porque también por años aquí advertí que, frente a la sucesión presidencial del 2024, López había puesto en marcha un “golpe de Estado” para mantenerse como el “mandamás” mediante la imposición de un Maximato que le permitirá mantenerse “en el poder detrás del trono”.
Posibilidad que hoy está más clara que nunca con el sacrificio de Samuel García. Pero si aún lo dudan, está a la vista de todos la “herencia maldita” de López; una herencia de cinismo, mentira y engaño; de profunda cultura fascista y de alianza con el crimen organizado.
Sí, el objetivo de AMLO es precisamente ese: dar forma a una crisis constitucional que, en su momento, servirá como pretexto para el “golpe de Estado” una vez que falle el aparato del Estado, diseñado para llevar a cabo un fraude en la presidencial del 2024.
Si, una vez que en las urnas se alce con la victoria la opositora, Xóchitl Gálvez, las fuerzas castrenses –militares y marinos–, saldrán a la calle para proclamar “un golpe de Estado” que será avalado por una Suprema Corte sometida, por un Congreso lacayo y, sobre todo, por la prensa aplaudidora y por un sector intelectual vendido al mejor postor.
Sí, a querer o no, hoy asistimos a “la crónica de un golpe de Estado anunciado” por AMLO y por su gobierno.
¿Lo dudan?
Al tiempo.