Líneas Quadratín
¡Masacran periodistas: 60 muertos en 41 meses!
Ricardo Alemán
Es una masacre.
Un proceso sistemático de aniquilación que sólo en el 2022 ha costado la vida a 11 periodistas, diez de ellos en gobiernos de Morena.
Peor aún, los estados que registran el más elevado número de informadores muertos son, en ese orden: Veracruz, Michoacán, Sonora, Sinaloa, Baja California, Zacatecas, Guerrero y Chiapas. entre otros.
Desde el año 2000, por ejemplo, en Veracruz han sido masacrados 34 periodistas, siete en el gobierno de AMLO.
Y se trata de una masacre, porque además de que más del 70 por ciento de los ataques a periodistas se producen en gobiernos de Morena –el partido creado por el presidente Obrador–, en la mayoría de los casos los matarifes literalmente “cazan” a sus víctimas al salir y/o llegar de su casa, oficina o centro de trabajo.
Es decir, que los criminales van por los periodistas a los que ubican previamente y esperan el momento adecuado para arrebatarles la vida; un modus operandi que confirma que en los gobiernos de Morena “la muerte tiene permiso” y los matones a sueldo tienen la consigna de exterminar a los comunicadores.
Un exterminio de informadores que alcanza niveles de escándalo ya que, con la muerte de dos mujeres periodistas el pasado 9 de mayo –otra vez en Veracruz–, suman la escalofriante cifra de 60 comunicadores muertos en el gobierno de López Obrador.
Dicho de otro modo; resulta que en los primeros 41 meses de la gestión de AMLO, en México es asesinado un periodista –hombre o mujer–, cada 20 días en promedio; toda una marca mundial.
Pero la historia se convierte en “novela negra” si acudimos a la memoria y recordamos que López Obrador prometió que en su gobierno no habría “un solo periodista muerto”.
Sin embargo, en 41 meses –cuando ha transcurrido casi el 55 por ciento de su gestión–, la incidencia de periodistas asesinados se ha elevado casi cien por ciento frente a los informadores muertos en los gobiernos de Felipe Calderón y de Peña Nieto.
Y es que –según Artículo 19–, en toda la gestión de Calderón fueron asesinados 48 periodistas y en todo el gobierno de Peña 47 informadores perdieron la vida.
Comparados los números anteriores con los 60 periodistas muertos en los primeros 41 meses de la administración de AMLO, la conclusión es que el presidente que prometió “ni un solo periodista muerto” en realidad ha sido el presidente con el mayor número de informadores ultimados.
Sí, López Obrador es el presidente de los muertos; cien por ciento más muertes de periodistas, cien por ciento más muertes violentas, cien por ciento más feminicidios…
Y fue necesario volver al tema de los periodistas muertos porque –como ya se dijo–, apenas el lunes 9 de mayo del 2022, manos criminales acribillaron a las periodistas Yesenia Mollinedo Falconi y a su camarógrafa Joahna García Overa, en Cosoleacaque, Veracruz.
El modus operandi fue idéntico al de todos los periodistas masacrados a lo largo del 2022; los criminales ubicaron a las reporteras, las siguieron y luego que salieron de una tienda de conveniencia en la que se habían detenido para tomar algo, fueron masacradas a bordo del vehículo en el que viajaban.
Y claro, el dictador de Veracruz –Cuitláhuac García–, sólo atinó a decir lo de siempre; que llegarían al fondo de las indagatorias, mientras que el dictador de Palacio, López Orador, dijo lo mismo que el primer día de su mandato; que la muerte de periodistas es a consecuencia de los gobiernos neoliberales.
Algo así como el reconocimiento de que el gobierno de López y todos los gobiernos estatales de Morena en el resto del país, sufren la misma tara de estimular y solapar la muerte de periodistas.
Y es que según cifras oficiales –de la secretaría de Gobernación–, en México han sido asesinados un total de 60 periodistas desde el 1 de diciembre de 2018 y hasta el 10 de mayo del 2022.
El 70 por ciento de esos periodistas han sido asesinados en gobiernos estatales en manos del partido oficial, Morena –lo que confirma la teoría del exterminio–, además de que en por lo menos el 95 por ciento de los casos los presuntos responsables no han sido identificados y menos llevados ante la justicia.
En pocas palabras, se ratifica que en México los periodistas son asesinados porque en los gobiernos de Morena –sea el gobierno federal, sean los gobiernos estatales o municipales–, “la muerte tiene permiso”.
Sí, matar a un periodista en México es igual a tener una garantía de impunidad; porque en México el trabajo periodístico no sólo es la profesión más peligrosa del mundo sino el crimen con mayor impunidad.
Y la impunidad es tal que, por ejemplo, un periodista crítico del gobierno de López Obrador puede ser perseguido desde el poder presidencial, perseguido desde la fiscalía general de la República, desde un gobierno estatal o municipal de Morena y nadie dice nada y tampoco pasa nada.
Pero tampoco le pasa nada a los “mataperiodistas”, quienes gozan de total impunidad; una protección que les brinda desde el presidente López, pasando por los gobernadores y alcaldes de Morena.
Pero también es cierto es que en más del 90 por ciento de las ejecuciones de periodistas, los matones no son más que matarifes a sueldo.
Y detrás de cada pistola y de cada bala que le quita la vida a un periodista existe un político, un gobernante, un criminal o un narcotraficante a quienes molesta que en México existan periodistas dispuestos a denunciar y cuestionar a los malos gobiernos, los peores políticos o los intolerables criminales.
Sí, la escuela de López Obrador para satanizar a diario a los periodistas ha formado una legión de políticos, gobernantes y criminales capaces de pagar para exterminar a los molestos periodistas.
Y esa escuela se llama dictadura, aquí y en China.
Al tiempo.