Líneas Quadratín
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La crisis del sistema electoral estalló en mil pedazos en las elecciones presidenciales de 1988 y fue el presidente Carlos Salinas de Gortari quien construyó un modelo de estructura electoral estatista para sustituir la Comisión Federal Electoral de 1988 con el Instituto Federal Electoral (hoy INE) para cambiar la forma de organizar elecciones… pero para que todo siguiera igual que antes.
La clave del nuevo modelo fue el INE, pero sobre todo la participación de una élite intelectual de izquierda socialista en fase terminal para edificar el nuevo modelo sistema electoral. Hoy el INE, hijo del IFE, es el organismo que controla la democracia con reglas autoritarias y quién decide quién sí y quién no debe participar; se trata del modelo de la democracia del embudo. La negativa de registro de partido a México Libre (Margarita Zavala) forma parte de la democracia controlada por intereses gubernamentales en curso vía el INE.
La reforma política de 1978 facilitó la construcción de un sistema de partidos basado en la pluralidad, con la decisión de alta política de registrar al Partido Comunista Mexicano para jalarlo hacia la institucionalización. Pero hoy el sistema de partidos es demasiado complicado y pasa por una red de intereses burocráticos, sin que la autoridad electoral haya mantenido bajo control a otros partidos: la negativa a México Libre contrasta con el desorden administrado por el INE y el Tribunal Electoral de Morena, el partido en el poder.
El sistema electoral posterior al fraude de 1988 fue entregado por Salinas de Gortari al Grupo Nexos a través de José Woldenberg, un militante del sindicalismo universitario y miembro del PSUM y PMS, dos siglas del PCM en proceso de desideologización socialista y de priización preperredista. El modelo de consejo electoral del IFE creó una burocracia celeste basado en el reglamentismo, el control autoritario de la lucha política y su subordinación partido mayoritario en turno.
El IFE-INE es una aduana difícil de traspasar si no es bajo las reglas autoritarias de los consejeros, cuando el sistema electoral debiera ser una estructura de funcionarios profesionales garantes de la libertad del voto. Y no puede haber libertad de voto si la complicidad INE-Tribunal Electoral decide, en función de voluntarismo político, quiénes sí y quiénes no debieran ser partido y quienes sí y quiénes no son demócratas. De ser estrictos, todos los partidos hoy registrados en el INE debieran de ver cancelados sus registros por violación de las reglas existentes del mismo organismo.
El INE y el Tribunal Electoral se han puesto en ocasiones por encima de la Constitución para aplicar reglamentos burocráticos autoritarios, restrictivos y antidemocráticos. Hoy resulta que el INE va a determinar, por la vía antidemocrática de las encuestas, quién debe ser el presidente de Morena. Las encuestas son sondeos para conocer estados de ánimo coyunturales. Pero sería el de Morena el primer caso en el que la autoridad electoral se encarga de decidir quien debe ser el presidente del partido.
El modelo intervencionista del INE tiene que ser sustituido por una estructura electoral menos autoritaria, su consejo debe ser sustituido por funcionarios sin autoridad para determinar reconocimientos y la credencial de elector debe ser suplida por la cédula de identidad. Es decir, el modelo Salinas-Woldenberg no garantiza la democracia electoral y deja las elecciones, por la vía indirecta, en el gobierno federal en turno.
EE. UU., a 20 días de las elecciones. El diario New York Post presentó documentos que revelan que Joe Biden y su hijo están involucrados en tráfico de influencias y negocios con empresarios de Ucrania, justo cuando el candidato demócrata necesitaba salirse de cualquier escándalo. Este expediente se une a las denuncias de que el mismo hijo de Biden estuvo involucrado en negocios con los chinos.
Política para dummies: La política debe ser facilitadora de la democracia, no su rémora.