Los límites de la complacencia
Al final de cuentas, la política se juzga por los resultados, Sin embargo, todos los caminos están llenos de piedras y espinas.
Días antes de la Cumbre México-EE UU en Washington, el presidente Trump había sufrido una derrota parcial: la Corte Suprema votó a favor de los estudiantes extranjeros que quieren ser deportados por Trump, el modelo de los DACA inventado por el presidente Barack Obama. Pero de inmediato, Trump introdujo otra reforma para encontrar otro camino para la deportación. Por lo pronto, ya amenazó a los estudiantes que funcionan on line dentro de los EE UU.
Por si lo anterior fuera poco, horas antes del encuentro con el presidente López Obrador, el presidente Trump visitó su hermoso muro fronterizo en Arizona para enviar el mensaje de que el separatismo como disfraz del racismo sigue en ánimo de la Casa Blanca.
Más que López Obrador, el que dio la gran sorpresa el miércoles fue Trump: logró domar la bestia que tiene dentro de su alma y se mostró como el más amigou de los mexicanos y los hispanos, luego de cuatro y medio años de tableteo racista. Con el apoyo del presidente mexicano, el candidato republicano se enfiló casi hacia la reelección con el apoyo hispano.
Como ocurre en estos casos, el gobierno mexicano envió un equipo secreto a hablar con los demócratas para decirles que “no hay bronca” y que si ganan tendrán todo el apoyo. Sin embargo, experto en temas bilaterales consideran que la visita y apoyo del presidente mexicano a Trump fue un descontón electoral que dejó en la lona a los demócratas. Y no se trató de errores estratégicos, sino de la mala asesoría del expresidente Obama a su candidato Joe Biden, un político fuera de lugar, envejecido, con carga racista en sus espaldas, con acusaciones severas de corrupción y apenas un títere de la rencorosa y berrinchuda Nancy Pelosi. La noche del miércoles había contento en los republicanos porque se habían chamaqueado a los demócratas, como quedó demostrado con el patético tuit de Dormilón Biden.
La estrategia diplomática de México se basó en un informe de inteligencia que señala que Trump tiene la reelección en la bolsa. En el 2016 el presidente Peña Nieto carecía de esas certezas y la presencia de Trump en CDMX fue producto de una invitación a los dos candidatos –Trump y Hillary Clinton– que la demócrata no racionalizó. Lo malo fue que Trump sí aprovecho esa visita para consolidar su base hispana y luego Peña Nieto no supo diseñar una estrategia de beneficio, salvo consolidar la relación personal de su operador Luis Videgaray Caso con el yerno Jared Kushner. En la renegociación del Tratado Peña asistió pasmado y sin fuerza política ni comercial.
La agenda del Tratado del presidente López Obrador era irrelevante, porque las reformas las impuso Trump. Y como en el TCL 1.0, en el TCL 2.0 México careció de modelo de desarrollo, no tuvo objetivos de competitividad y nunca diseñó estrategia de comercio exterior. Por eso Trump ha dicho a todo que sí en el comercio, porque al final las reglas benefician a los EE UU y el tema laboral, ambiental y de inversión van a desmoronar el sistema/régimen/Estado priísta que sostiene el modelo posneoliberal de la 4-T.
La frase de López Obrador de “somos amigos, aliados y socios” fue el más grande espaldarazo que presidente mexicano alguno le haya dado a algún candidato presidencial estadunidense, demócrata o republicano y quizá el clavo final en el ataúd político de Obama que maniobró para imponer al incompetente Biden como candidato demócrata. Como en agosto de 2016 con Peña Nieto, hoy la visita de López Obrador hizo presidente reelecto a Trump, quien tendrá otros cuatro años para desarrollar su racismo puritano contra los migrantes hispanos.
Minería. Como ningún otro sector productivo, el minero desarrolla una estrategia de socialización sorprendente. El sábado 11 de julio realizará una conferencia digital para la reactivación del sector, aprovechando el Día del Minero. El evento estará coordinado por el subsecretario de Minería de la Secretaría de Economía, Francisco Quiroga Fernández, y su capacidad de convocatoria tendrá la presencia de seis gobernadores de estados mineros.
Política para dummies: La política de sobrevivencia es el del sacrificio de los principios.
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