Libros de ayer y hoy
Sedena, clave en gabinete de
la 4T: continuidad y lealtad
De todos los cargos de primera importancia estratégica en el próximo gabinete de
la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la cartera administrativa-política-de seguridad de
la Secretaría de la Defensa Nacional tendrá una importancia estratégica en el segundo
piso de la Cuarta Transformación.
El tema es importante porque algunos sectores dentro de la dependencia han
comenzado a moverse por su cuenta para tratar de conseguir algo de visibilidad política,
lo cual dejaría la impresión de que no están en el escenario de los verdaderos hilos de
relación entre el poder civil y la fuerza castrense.
El dato más importante que funciona como variable en la comprensión de esa
designación tiene que ver con el hecho de que el presidente López Obrador y la alianza
estratégica con el general Luis Crescencio Sandoval González como secretario de la
Defensa Nacional realizaron toda una reorganización de las funciones del Ejército y
convirtieron a las Fuerzas Armadas en la garantía de la soberanía política interna del
Estado y ante las presiones de Estados Unidos.
En este contexto, el tono, profundidad y visión estratégica de las reformas en el
sector militar será la que definirá el perfil del próximo titular de la Sedena. Las
designaciones de secretarios de la Defensa Nacional en los tiempos de la alternancia
dejaron de funcionar con los viejos métodos priistas de 1929 a 1994.
El presidente López Obrador inició su gestión con una declaración desconcertante:
“si por mí fuera, desaparecería el Ejército y lo convertiría en una Guardia Nacional”. Sin
embargo, la dimensión de su estratégica reforma político-administrativa de su proyecto
definido como 4-T modificó de manera radical el pensamiento militar del jefe del
Ejecutivo y decidió más bien fortalecer la estructura de seguridad de las Fuerzas Armadas
y las incorporó de manera directa en actividades prioritarias de su programa de gobierno.
Lo que no se ha entendido porque no se quiere entender es que el presidente
López Obrador y el general secretario Sandoval González redefinieron la función
estabilizadora de las Fuerzas Armadas ante un régimen priista caduco y corrompido y sus
relaciones clandestinas con buena parte de los grupos delictivos del país.
Todavía no se ha presentado de manera consolidada una vez visión de la reforma
militar de México, pero todos los indicios apuntan a una nueva doctrina de Defensa
Nacional basada en la seguridad interior, es decir, la facultad del Estado para intervenir
con sus fuerzas formales de seguridad en situaciones en que la inseguridad ha dejado de
ser un asunto de propiedad de los particulares y ha pasado a ser un tema de estabilidad
territorial, política y de gobierno para garantizar la gobernabilidad democrática, los planes
públicos de desarrollo y el bienestar de la sociedad.
Uno de los puntos fundamentales de la gran reforma militar fue la organización
interna de la Sedena, cuyo titular se movía en un pantanoso mecanismo de confusión de
tareas: sector administrativo, sector central, responsabilidades político-administrativas
sector presupuestal y manejo de tropas para la soberanía interna y externa.
El presidente y su secretario de la Defensa reorganizaron de manera interna los
cuerpos dentro de la Sedena y crearon el espacio de la Comandancia del Ejército que fue
una decisión para desahogarle tareas administrativas al secretario de la Defensa a través
de un jefe formal del Ejército; y la segunda gran decisión fue la reorganización del Estado
Mayor de la Defensa Nacional para convertirlo en un estratégico y fundamental Estado
Mayor Conjunto que ha tenido bajo su cargo la gestión cotidiana de las tareas militares y
sus responsabilidades administrativas.
En este contexto, el próximo secretario de la Defensa Nacional no sería designado
de una terna formal de jerarquías, sino en función de garantizar la continuidad de la
reforma militar para consolidar los avances y la nueva etapa operativa de la estrategia de
seguridad que está considerando –vía mayoría calificada en la Cámara de Diputados y la
reorganización de la Suprema Corte de Justicia– la indispensable subordinación de la
Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional como un blindaje que no permita
la repetición de las experiencias del pasado en las que las policías federales cayeron en las
burocratización, la indisciplina y la corrupción.
En el contexto de la nueva doctrina de seguridad interior, la designación del
próximo secretario de la Defensa Nacional para el sexenio 2024-2030 será la más
importante del proyecto de la 4T.
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Política para dummies: la política, como juegos de poder, requiere de poderes.
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