Libros de ayer y hoy
Xóchitl fue a pelear y no a
debatir y peleó y no debatió
1.- La verdadera evaluación de un debate presidencial se resume en dos
resultados: cuántos votos ganaron y cuántos votos perdieron; y las primeras estimaciones
indican que las tendencias electorales no variaron después de la segunda confrontación
pública.
2.- Xóchitl Gálvez Ruiz fue a pelear y a confrontar a su adversaria Claudia
Sheinbaum Pardo, pero no pudo construir una propuesta alternativa de proyecto nacional
de nación y tendrá que sobrevivir el último tramo de la campaña con el fardo del PRI y del
PAN.
3.- Como se ha manejado en las últimas semanas, la candidata opositora Gálvez
Ruiz no anda en busca de votos ni consensos, sino de memes y hashtags, con efectos que
no han movido las tendencias declaradas de los votos.
4.- Xóchitl cruzó una de las líneas más peligrosas de toda confrontación: la
autodescalificación, pero al mismo tiempo con efectos de disminución de impactos: acusó
a Sheinbaum de ser nada menos que narcocandidata, es decir, representante de los
principales cárteles del narcotráfico en México, pero no presentó ni una sola prueba sobre
sus dichos, con lo cual su argumento perdió eficacia y ella misma demeritó la calidad de
su candidatura. Hasta hoy, nada hay en el ecosistema informativo que señale Sheinbaum
como la candidata de los cárteles.
5.- En los próximos días, la candidata opositora Gálvez Ruiz se dará cuenta que su
modelo de polarización no modificará tendencias de voto, en tanto que la polarización
política del presidente López Obrador, de la candidata Sheinbaum y de Morena ha estado
diseñada para inducir definiciones políticas y electorales entre los votantes.
6.- Después de que ella y su principal promotor Vicente Fox Quesada declararon al
principio de la precampaña que se deben a terminar los programas sociales porque sólo
beneficiaban –en palabras de Fox– a los güevones –es decir: personas flojas que reciben
dinero público sin trabajar–, Gálvez Ruiz reiteró una y otra vez que los programas sociales
no desaparecerían y este argumento se convirtió en un apoyo a la candidatura de la
abanderada de Morena que simboliza imagen y sentido de los programas sociales del
presidente López Obrador.
7.- Si el objetivo de Xóchitl fue confrontar con severidad a su adversaria, entonces
cumplió con los metas de su participación en el segundo debate; pero la ausencia de una
propuesta articulada, inteligente, integral y propositiva de proyecto alternativo derivó en
un debate como pelea a navajazos de callejón y por lo tanto sin efecto en las tendencias
de los votos de las encuestas.
8.- En las últimas semanas, la candidata opositora se ha ido alejando del PRI y
mantiene lazos inevitables con el PAN, pero con el mensaje negativo de que el panismo ha
carecido de figuras de representatividad nacional que puedan acompañarla; por ejemplo,
el gobernador yucateco Mauricio Vila, el mejor posicionado a nivel local, en mantenido al
margen de la campaña, a pesar de ser candidato a senador. Y, por si fuera poco, Vicente
Fox Quesada y sus chachalaquescas declaraciones le quitan simpatías, al grado de que la
propia Gálvez dijo en el segundo debate: “soy Xóchitl, no Fox”. Es decir, Xóchitl va sola.
Fox apesta.
9.- Sin el apoyo del PAN, con los negativos de Fox y Felipe Calderón Hinojosa –uno
marihuanero y el otro en el exilio por el encarcelamiento en EU de su secretario de
Seguridad Pública por lazos con el narco de Sinaloa– y Ricardo Anaya también huido del
país, y sin ningún priista con positivos –que los hay, pero no se suman a la campaña
opositora–, el peso de la campaña carece de brillantez en una Xóchitl superficial, chistosa
y rezongona.
10.- Mientras Gálvez Ruiz centró su debate en atacar la imagen de la puntera,
Sheinbaum Pardo desactivó la potencialidad destructiva de los ataques de la candidata
opositora y pudo colocar en la mesa de debate el proyecto de continuidad transexenal de
Morena.
11.- Las circunstancias nacionales han probado rupturas y alternancias sexenales
sólo cuando el gobierno saliente enfrenta una crisis de finales de sexenio: 1988, 2000,
2012 y 2018, y cuando los candidatos del Gobierno en turno no garantizan la continuidad
de grupo, proyecto y líder presidencial. Este escenario no existe en 2024.
12.- El tercer debate tendrá temas vitales: política social; inseguridad y crimen
organizado; migración y política exterior; y democracia, pluralismo y división de poderes,
pero con una agenda aglomerada que impedirá los tiros de precisión, con las
circunstancias agravantes de que Xóchitl ya quemó sus acusaciones a una Sheinbaum que
pudo resistir sin perder espacios políticos.
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Política para dummies: la política se ejerce con votos, no con debates.
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@carlosramirezh