MORELIA, Mich., 4 de marzo de 2021.- Mientras quienes viven en libertad son bombardeados, a veces convencidos de que la vacuna contra Covid 19 es peligrosa y hasta mortal, Héctor, persona privada de la libertad, celebró con alegría ser el primero en recibirla: “estoy más que listo, ¡emocionado!”, responde desde su silla de ruedas, a la pregunta del médico responsable.

La tercera edad lo alcanzó en prisión, con problemas de artritis reumatoide y el nervio ciático alterado, quedando postrado en una silla de ruedas, entre otros males que lo hacen lucir más viejo.

“El día que me preguntaron si me iba a poner la vacuna, que si la aceptaba, nunca lo dudé, para algo es bueno”, dijo Héctor ante las cámaras de Quadratín.

Sin embargo, un Centro de Reinserción Social solo es una comunidad como cualquier otra colonia: las noticias vuelan y también se conoce lo que pasa y dice afuera, y las personas privadas de la libertad están al tanto de los rumores.

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