Celebra Hawái a Wisdom: el albatros más longevo pone huevo a los 74 años
VENEZUELA, 7 de septiembre 2016.- Levantarse y ver la misma escena desoladora cada amanecer se ha vuelto una agonía para Carlos Parra. Informa Excelsior.
‘Niña’, su bóxer albina de cinco años, ha pasado en los últimos meses de ser un animal saludable a casi un esqueleto ambulante que todas las mañanas yace junto a la cama de Parra, un desempleado que enfrenta serias dificultades para llevar algo de comer a la mesa de sus padres… y al plato de su mascota.
Tifa, su otra mascota, es una perra mestiza de 14 años que apenas logra ocultar su delgadez debajo del abundante pelaje.
En Venezuela, los pobres y una cada vez más exigua clase media enfrentan una severa crisis económica que se ha traducido en una escasez de alimentos y unos precios por los cielos que les hace difícil, si no imposible, conseguir ciertos productos.
Y la precariedad alcanzó a las mascotas, forzadas a pasar hambre y muchas de ellas incluso a ser abandonadas en las calles, donde cada día es más común ver gatos, perros de raza y mestizos, que buscan comida en cualquier rincón y basureros.
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