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QUERÉTARO, Qro., 12 de agosto de 2023.- En un sorprendente descubrimiento, científicos han encontrado niveles de contaminantes tóxicos en el polvo de los filtros de aire de la Estación Espacial Internacional (EEI) que superan los valores medios encontrados en el polvo doméstico de la mayoría de los hogares. El análisis de muestras de polvo recolectado de los sistemas de filtración de aire de la EEI ha revelado la presencia de una serie de compuestos químicos potencialmente dañinos, planteando preocupaciones sobre la calidad del aire en este entorno espacial único.
Entre los contaminantes identificados en las muestras se encuentran los éteres de difenilo polibromados (PBDE), el hexabromociclododecano (HBCDD), los retardantes de llama bromados (BFR), los ésteres organofosforados (OPE), los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) y los bifenilos policlorados (PCB). Estos compuestos, conocidos por sus efectos perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente, han generado preocupaciones sobre la seguridad y el bienestar de los astronautas que trabajan en la EEI.
Los BFR y OPE, utilizados comúnmente en la fabricación de productos para cumplir con los estándares de seguridad contra incendios, han sido detectados en niveles preocupantes en la EEI. Aunque estas sustancias son esenciales para garantizar la seguridad en aplicaciones comerciales y de consumo, su presencia en el polvo de la EEI plantea interrogantes sobre la exposición de los astronautas a largo plazo.
Además, la presencia de hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH) y bifenilos policlorados (PCB) en el polvo de la EEI sugiere posibles fuentes de contaminación, ya que estos compuestos se asocian a la combustión y al uso de equipos eléctricos. Los PFAS, que se utilizan en productos a prueba de manchas para telas y prendas de vestir, también han sido detectados, a pesar de las preocupaciones previas sobre sus efectos negativos para la salud.
Aunque aún no se comprenden completamente los efectos de estos contaminantes en el entorno espacial y en la salud de los astronautas, este hallazgo subraya la importancia de un monitoreo constante de la calidad del aire en la EEI. Los científicos instan a una mayor investigación sobre las fuentes y los impactos de estos compuestos tóxicos, así como a la implementación de medidas para minimizar la exposición de los tripulantes.
En resumen, el descubrimiento de niveles elevados de contaminantes tóxicos en el polvo de los filtros de aire de la EEI plantea desafíos significativos para la salud y el bienestar de los astronautas, así como para la sostenibilidad del ambiente espacial a largo plazo. Se espera que estos resultados impulsen investigaciones más profundas y acciones concretas para abordar esta preocupante situación.