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QUERÉTARO, Qro., 15 de mayo de 2018.-Con una trayectoria de 35 años, Abel Blanco García, supervisor escolar de secundarias generales y asesor académico en la Universidad Pedagógica, sostuvo que la mayor satisfacción de un maestro es producir un pensamiento libre y de justicia en sus alumnos.
«Uno no es en sí el que trasciende, yo creo que lo que trasciende es en sus alumnos. Cuando uno ve que aprenden y toman ideas, decisiones, de lo que uno les explica en la clase en las lecciones y de pronto los ve uno en la vida real asumiendo decisiones muy valiosas para la sociedad, ahí es donde está el mérito del maestro (…) que los alumnos trasciendan en la vida social, económica de nuestro estado y país», apuntó.
En este Día del Maestro, recalcó que las problemáticas a las que se enfrenta actualmente un profesor es la falta de apoyo de la autoridad educativa que «no tiene nada organizado, ni ordenado»; la falta de programas de factor o por ley para estudiantes sobresalientes, pues «se están perdiendo»; y la reforma educativa, pues con ello se ha dañado la imagen del maestro al hacerlo ver como el culpable del retraso nacional en ese rubro.
Además, recalcó que esta busca disminuir salarios, prestaciones y las pensiones.
«La autoridad del estado no te apoya (…) las políticas educativas han sido mal aplicadas y la culpa es de quienes coordinan las políticas educativas, no de quienes la aplican; si la reforma buscará una calidad educativa no sería golpeando al maestro, es importante que se le evalúe, pero no que le manden policías, debe ser evaluado, pero capacitado (…) el maestro que triunfa lo hace por méritos propios, nadie te abre las puertas», indicó.
En lo personal, señaló que sus mayores satisfacciones a lo largo de su trayectoria son: el diseño de una asignatura estatal denominada Formación Ciudadana para una Convivencia Democrática en Querétaro, para nivel secundaria; la publicación de tres libros «Apuntes de la Historia de las Escuelas Normales en el estado de Querétaro», la historia de un maestro rural, «Pilo», y un cuento infantil denominado «El cocodrilo de diamante»; y actualmente construirá unos programas para clubes en autonomía curricular.
Originario de Oaxaca, Abel Blanco compartió que a los 19 años inició su labor como maestro rural en una escuela primaria ubicada en la comunidad de Allende, municipio de Ciudad del Carmen, entre los límites de Tabasco y Campeche en 1982 y cuatro años después en 1986 llegó a Querétaro, al municipio de Ezequiel Montes.
Narró que se enfrentó a varias situaciones en su inicio. Primero a no ser aceptado por los padres de familia, al gobierno que tenía desentendida a la escuela, e incluso, al sindicato y a los caciques de la comunidad.
«En esa escuela no les mandaban materiales, los maestros se iban a los tres meses y nunca regresaban, no les daban libros a los niños, no conocían la bandera ni el himno nacional (…) fui el primer maestro de 13 años que llevaba esa escuelita que pudo haber terminado el ciclo escolar», recordó.
Con motivo del Día del Maestro, reflexionó que la gente que se atreve es la que puede transformar a México, al referirse a los jóvenes que sueñan en ser profesores.
«El perfil del nuevo maestro es cada vez más amplio, se necesita un maestro que quiera a su país, ame su profesión, no debe pensar en cosas materiales, ni enriquecerse, porque uno está para servir al país. El maestro nuevo debe pensar en que transformar a una patria se requiere humildad, un pensamiento de libertad, no de sumisión, no de someter a nadie, transparencia», concluyó.