Visión Financiera
QUERÉTARO, Qro., 12 de diciembre 2019.- Aquí hemos hablado del tema a lo largo de un año completo.
Y es que el presidente mexicano, López Obrador, no sólo es un político rencoroso sino vengativo.
Y, el rencor de López es visible, por ejemplo, en la vengantiva e ilegal persecución contra Rosario Robles, la primera presa política de su gobierno.
Pero además, ese rencor se ha visto a lo largo de todo el primer año de gobierno, en donde López Obrador mete a Felipe Calderón hasta en la sopa.
Y, en el fondo, detrás de la venganza y del rencor contra Calderón están, en ese orden, la derrota electoral de 2006 y la construcción del nuevo partido, México Libre, empujado por Margarita Zavala y el ex presidente.
Y es que López Obrador sabe bien que –hoy por hoy–, el único que puede derrotar a Morena en 2024, es el partido de los Calderón-Zavala.
Por eso, AMLO hace todo lo posible por desacreditar a la familia Calderón-Zavala, cuyo partido en construcción hoy aparece como una alternativa real frente al agotamiento del PRI, PAN y PRD.
Sin embargo, todos los intentos por desacreditar a los Calderón y a México Libre habían resultado contraproducentes. Es decir, en realidad habían posicionado al nuevo partido, en lugar de debilitarlo.
¿Qué pasará con la escandalosa detención de Genaro García Luna, por parte del gobierno de Trump, quien acusa al ex titular de Seguridad Pública del gobierno de Calderón por delitos vinculados con los cárteles de la doga?
¿Se debilitará la confianza y la credibilidad de los Calderón, con la detención de García Luna?
¿O la detención de García Luna hará olvidar a los mexicanos el mayor fracaso de la historia en el número de muertes violentas –con más de 35 mil–; olvidarán el fracaso en seguridad, en secuestros, feminicidios; olvidarán el fracaso en desempleo, en crecimiento cero, en la destrucción del sistema de salud; el fracaso en la venta del avión presidencial; fracaso en bajar los precios de las gasolinas…?
Aquí no sabemos si Genaro García Luna es culpable de los presuntos delitos por los que lo acusa un juez de Estados Unidos; tampoco conocemos una sola prueba que lo vincule con favores, nexos y/o alianzas con narcos.
Lo que sí sabemos es que los llamados testigos protegidos –criminales confesos que a cambio de beneficios son capaces de delatar hasta a su madre-, son la mayor fábrica de culpables en el sistema de justicia de Estados Unidos.
Lo que sí sabemos es que la detención de García Luna es parte de los acuerdos –del 5 de diciembre en Palacio Nacional–, entre el presidente López Obrador y el Fiscal General de Estados Unidos, William Barr; lo que sí sabemos es que el presidente mexicano no dejará de perseguir a Felipe Calderón y a su partido México Libre, hasta destruirlos.
Lo que sí sabemos es que existe una alianza entre el Cártel de El Chapo y el gobierno de López Obrador; lo que sí sabemos es que esa alianza se confirmó cuando el gobierno de Obrador dejó en libertad “Al Chapito”; lo que sabemos es que la alianza se amplió cuando el gobierno de México rescató a Evo Morales de la cárcel en su país, pese a que Evo y El Chapo son socios.
Lo que sí sabemos es que en el primer año de gobierno de Calderón, el decomiso de drogas duras se duplicó respecto a las drogas decomisadas en el primer año del gobierno de AMLO; lo que sí sabemos es que en el primer año del gobierno de Calderón se detuvieron más criminales y capos de la droga, que en el primer año del gobierno de Obrador.
Lo que sí sabemos es que Alfonso Durazo, hoy secretario de Seguridad Pública, fue investigado por presuntos nexos con narcotráficantes; sabemos que un hijo de Durazo estudio en la misma escuela y el mismo salón que el hijo de el Chapo, al que dejó escapar Durazo, en el fallido operativo Culiacán.
Está claro que los presidentes Obrador y Trump son aliados y que en más de una ocasión se han regalado favores mutuos; favores como expulsar de México a Evo Morales; como negarse a nombrar a los cárteles criminales como terroristas y hoy, la repentina captura de Genaro García Luna y la firma de un agregado al T-MEC, que compromete la Soberanía Nacional.
Y es que hoy los perseguidos por AMLO no sólo se enfrentan al presidente mexicano sino al de Estados Unidos.
Al tiempo.