Libros de ayer y hoy
Severas admoniciones de Germán Martínez al titular de Hacienda, Carlos Urzúa, en el contenido de su carta de renuncia a la dirección general del IMSS.
Neoliberal fue lo menos que le dijo Germán a Urzúa.
Y la rabieta del ex dirigente panista recibió de inmediato respuesta del presidente de la República quien, según una nota de El Universal, dijo:
“El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó la renuncia de Germán Martínez como director general del IMSS, pero aclaró que no comparte los argumentos de su salida”.
Y en el portal de Enfoque Noticias apuntan lo siguiente:
“Hay buenos servidores públicos para sustituir a quienes no están conformes, responde AMLO ante renuncia de Germán Martínez”.
Germán siempre ha sido un político de mecha corta. Pudo haber renunciado sin hacer tanta estridencia:
“No soy lambiscón ni barbero de nadie”, habría declarado el expanista. No aclara quién era el destinatario de las furibundas declaraciones. Y la verdad es que Germán debe estar agradecido con AMLO quien lo rescató del purgatorio político y volvió a ponerlo en los primeros niveles de la actividad pública nacional.
El caso de Germán se vincula, por el ruido mediático que provoca, con las acusaciones que ha recibido el súper delegado de Jalisco, Carlos Lomelí, por un presunto tráfico de influencias para favorecer a empresas farmacéuticas, unas de su propiedad, y otras ligadas a él, con la adjudicación de millonarios contratos.
Una nueva investigación de Mexicanos contra Corrupción e Impunidad demostró la simulación de contratos a partir de diciembre del año pasado, realizados por la empresa Lomedic de Carlos Lomelí, a través de una red de familiares que crearon una falsa empresa Abisalud, para obtener contratos farmacéuticos hasta por ocho millones de dólares, sin licitación, particularmente del gobierno de Veracruz, también de Morena.
Otra rabieta que llamó la atención fue la del candidato a la gubernatura de Puebla, Miguel Barbosa, quien se enojó con una pregunta que le hizo la periodista Carmen Aristegui en su noticiero y no tuvo problema con reclamárselo al aire.
Aristegui le recordó cuando el perredista Guadalupe Acosta Naranjo, le propuso a Barbosa comprar la propiedad en Coyoacán si le demostraba que valía más de lo declarado por el exsenador de Puebla.
La famosa casa a la que ambos se refieren en la entrevista fue propiedad del expresidente Miguel de la Madrid, conocida como El León Rojo en la muy cotizada calle de Francisco Sosa, en Coyoacán.
AMLO respondió a tiempo en el caso de la renuncia de Germán Martínez.
No ha dado señales en la denuncia contra Carlos Lomelí.
Y seguramente dejará que pasen los comicios en Puebla para recomendarle a Barbosa que cuide su actitud ante los medios de comunicación, que en ocasiones resultan incómodos cuando descubren un filón para cuestionar la vida de los personajes del poder.
Muchos retos tiene López Obrador que debe enfrentar como prioridades nacionales: inseguridad, crisis ambiental en todo el país, migración incontenible, economía bajo amenazas, entre otros, como para estar atendiendo reacciones de carácter personal de los funcionarios de su gobierno que no alcanzan todavía a distinguir donde empieza lo público y termina lo privado.
Las reglas del poder que son un verdadero Juego de Tronos.