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QUERÉTARO, Qro., 31 de enero de 2022.- El tamal, es un alimento protagónico de estas fechas, da cuenta del sincretismo cultural de México al vincularse con los ciclos festivo y agrícola, presentes en las creencias de diversos pueblos indígenas de México y en la religión católica, que se fusionaron hace siglos.
El tamal forma parte de la gastronomía de diversos pueblos, su origen es ancestral y en la época prehispánica se consumía en fechas significativas y en ritos dedicados a diversas deidades prehispánicas.
Su nombre proviene del náhuatl tamalli (“bollo de maíz envuelto en hojas y cocido al vapor”) y desde mucho antes del periodo Colonial se consume el 2 de febrero, Día de la Candelaria, informa la Secretaría de Cultura federal.
El 2 de Febrero se conmemora la presentación de Jesús en el templo después de la cuarentena. La Fundación UNAM señala que de acuerdo al cronista franciscano Fray Bernardino de Sahagún, dicha fiesta también se acercaba al día del nacimiento o presentación del Solo en el calendario azteca (12 de Febrero).
Este alimento es tan significativo que en cientos de municipios a lo largo de todo México, unos días antes del 2 de Febrero se celebran fiestas con su nombre, que presentan un mil variantes del mismo, a la oaxaqueña, con infinidad de chiles, de fresa, de naranja, con grillos, con cohinita, con chicharrón, vegetariano, con mole, con verdolagas, con pastor, con suadero, con chocolate, con frijoles, etc.
La web de investigación Kantar México realiza una investigación detallando que en 2020, un 32 por ciento de las familias mexicanas consume tamales cuando menos una vez por semana y un 17 por ciento de familias consumió alguna variante de atole.
En diversos países latinoamericanos se degustan variedades diversas de tamal como es Argentina, Chile, Bolivia y algunas naciones centroamericanas, aunque, México y Estados Unidos son los mayores consumidores de tamal a nivel mundial.
La Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura federal, así como la plataforma Contigo en la distancia presentaron un video institucional que aborda e informa el sincretismo en esta tradición que, por un lado, se vincula al inicio del ciclo agrícola y, por el otro, al proceso evangelizador.
Esta amalgama de creencias rituales es evidente en tradiciones como llevar a bendecir al templo una figura del Niño Dios y posteriormente celebrar con tamales; o bien, apartar este día para que, quienes encontraron al “muñequito” en la rosca de Reyes (6 de enero) repartan tamales de sabores dulces y salados a la familia o amigos que fueron testigos.
Aún hoy, en comunidades de Morelos, por ejemplo, se ofrendan a la tierra tamales de ceniza. En las localidades de Miguel Canoa, Aparicio y La Resurrección, en Puebla, la bendición de las semillas y las ofrendas dedicadas a la tierra cada vez se practican menos, ya que los terrenos de cultivo se han transformado en lotes residenciales o de otros usos.
Para conocer más sobre este alimento y su papel cultural, en la dirección @CulturasPopularesOficial en Facebook se llevará a cabo el Conversatorio virtual “¡El que nace para tamal…! Día de la Candelaria: alimento, fiesta y ritual”. El 1 de febrero, a las 12:00 horas, la cronista urbana, Susana Colín Moya, hablará sobre “Santa Anita y sus tamales con memoria lacustre”. Esta zona de la Ciudad de México fue famosa desde tiempos prehispánicos por elaborar este alimento con productos obtenidos del canal de La Viga y las chinampas que existían en el lugar.
En tanto, el 2 de febrero, a las 12:00 horas, Edith Yesenia Peña Sánchez, investigadora de la cultura alimentaria y cocineras tradicionales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, abordará “Los alimentos en el ciclo ritual de la Candelaria”, relacionando la tradición católica y la práctica de honrar al maíz por parte de los pueblos originarios de México.
Con información de AM de Querétaro