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CIUDAD VALLES, SLP., 13 de septiembre de 2019.- En el verano del 92, por estas fechas, una noticia llenaba de ilusión a la familia Martínez Luna.
Estaba por arribar al mundo el tercero y más pequeño heredero; todo era tranquilidad, amor y felicidad hasta que el ginecólogo reveló a la señora Laura que su bebé venía “mal”, atreviéndose a hacer la pregunta más complicada de su vida y quizá orillándola a tomar la decisión más difícil: ¿Quiere usted tenerlo?. “Le dije que sí, así quería tenerla, que no me importaba cómo viniera; no me dijo que iba a ser un bebé con Síndrome Down, me enteré hasta que nació, por medio de la trabajadora social; yo ya estaba preparada, por lo que el doctor me había dicho, (y) (…) fue recibida con mucho amor”.
Así llegó al mundo Frida Martínez Luna, el 21 de septiembre de 1992, a las seis de la mañana; creció de manera normal, como cualquier bebé, sin cuidados especiales.
Desde entonces su existencia ha sido convencional, lo que le ha permitido una niñez y una juventud alegre, amorosa y sociable. Ha sabido valerse por sí misma, a tener aspiraciones sin mediar límites, y un día llegó la invitación del maestro Carlos Torres para que se integrara a su grupo artístico: “A lo que ella aceptó muy contenta, porque le gusta la actuación, el canto, el baile y la pasarela”, comenta su madre.
Los avances mostrados por Frida al interior de la organización Chaplins generaron la idea de hacerle dar un siguiente paso: Participar como candidata del certamen Señorita Independencia 2019.
“Me lo sugirió el maestro Carlos Torres y yo al principio me rehusaba (…) enseguida lo consulté con la maestra Paty Lobatón – directora de Cultura- y me dijo que la inscribiera, que no había problema”, recuerda la señora Laura.
“Cuando se lo comenté a Frida, aceptó muy contenta pues su sueño siempre ha sido ser reina y que le pongan la corona.
En la primera fase (del concurso), me di cuenta que ella es una niña muy inteligente, pone mucho empeño en lo que le enseñan, está muy contenta, se ha integrado muy bien con sus compañeras participantes, y se siente muy acogida por sus compañeros del Grupo Chaplins , quienes le han brindado todo su apoyo”, agrega.
Para Carlos Torres, director del Grupo Artístico Chaplins, una organización sin fines de lucro con 32 años de vida y de donde han salido talentos para los escenarios de Televisa y Televisión Azteca, Frida “es una joven muy talentosa e inteligente”.
Le gusta participar en pantomima, actuación y modelaje; actualmente está dentro de los musicales de Vaselina, “y en tres días se aprendió todas las coreografías de la comedia”. La joven encaja perfecta en la filosofía incluyente de la agrupación, que también prepara a alumnos con autismo.
“Se lleva muy bien con sus compañeros y compañeras de clase, quienes la quieren y apoyan mucho”.
Carlos Torres -un promotor cultural vallense que ha sido galardonado por su impulso a los artistas en ciernes- destaca también el respaldo familiar de sus padres Antonio Martínez y Laura Luna, pero sobre todo el carácter indomable de Frida.
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