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FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 25 de diciembre de 2020.- Continúan sus prácticas religiosas habitantes mayas de Xpichil, dos días antes hacen preparativos para recibir al niño Jesús, rezaron y ofrendaron sabrosos dulces y guisos, así celebran lo que llaman tuch del Niño que es parte de su tradición muy arraigada, indica Gonzalo Pech.
Cumplir con sus promesas a Dios y a los santos es algo muy importante para la comunidad sobre todo en esta época de pandemia. La espiritualidad fortalece los organismos, señala Gonzalo, quien es maestro de lengua maya y también hace sus cultivos en el campo. Xpichil se localiza a 42 kilómetros de Felipe Carrillo Puerto, rumbo a José María Morelos, Amanda Tah es de la misma comunidad, explica que la celebración del tuch del Niño es una tradición muy arraigada.
Desde hace dos días se junta la gente en casa de sus abuelos y sacrificaron un cochino, luego sale la chicharra y al día siguiente el tradicional chilmole cocinado en pib que se compartió con los ricos dulces entre los que participan en estos trabajos y en las plegarias dedicadas al niño Jesús.
Todo los rezos y la entrega de ofrendas se hacen acompañados con la máayapax, música maya, y algo especial es la elaboración de sabrosos dulces con yuca, camote, jícama, pepita y plátanos que se reparte entre la gente al medio día, luego de la comida. Sobre cómo afecta el Covid 19 la vida de las comunidades Gonzalo Pech dijo que, pese a esta pandemia y a las limitaciones a la movilidad, los campesinos siguen con sus cultivos y alimentándose con sus frutos.
Un problema que los afecta es que no pueden comercializar libremente sus productos debido a las medidas de prevención. Mientras que las cadenas de tienda venden sin problema hortaliza y verduras en supermercados aglomerados, a los productores mayas se les limita la venta con el pretexto de la sana distancia.
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