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PHOENIX, 1 de septiembre 2016.- Se acabaron las dudas. La versión más dura del discurso antiinmigrantes de Donald Trump cayó este miércoles como una profecía sobre Estados Unidos y, de paso, sobre México, a cuyo presidente había visitado el candidato solo unas horas antes. El candidato republicano a la Casa Blanca desgranó sus promesas con detalle: habrá un muro, logrará que México pague por él, echará a todos los indocumentados del país y les obligará a volver legalmente. Lo importante en política migratoria no es lo que conviene a los inmigrantes, resumió, sino lo que conviene a los ciudadanos norteamericanos. «México pagará el muro. Al 100%. Todavía no lo saben, pero pagarán por el muro». Informa El País.
La campaña de Trump había prometido que el de este miércoles en Phoenix era el “gran discurso” sobre inmigración del candidato. La expectación no podía ser más alta, después de dos semanas en las que había enviado mensajes contradictorios, en medio de cambios radicales en su organización de campaña. Las prometidas deportaciones masivas ya no estaban tan claras. La pregunta de si Trump estaba finalmente suavizando un discurso ampliamente considerado como racista y xenófobo desde el día uno estaba legítimamente encima de la mesa.
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