CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo de 2019.- La docencia es una especie de fuente de la juventud. Permite estar en contacto con los jóvenes, pero nos obliga a esforzarnos para entenderlos y tratar de establecer una comunicación e incentivarlos, afirmó Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general de la Universidad, en el foro “El fascinante reto de ser docente universitario. Diálogo, reflexión y reconocimiento sobre la importancia de ser docente en una universidad como la UNAM”.

De acuerdo a un comunicado, un buen profesor debe ser humanista, responsable, respetuoso, empático, responsable, creativo, comprensivo, capaz, inclusivo, ético, activo, apasionado y dinámico y saber escuchar, no sólo hablar, dijeron en el encuentro destacados académicos de esta casa de estudios.

Alfredo López Austin, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA); María Elena Trujillo Ortega, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ); Jesús Carlos Reza Trosino, de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA); Tomás Bautista Godínez, de la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia (CUAED), y Anahí Toledo Cortés, de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), coincidieron al señalar que es privilegio y orgullo ser maestro en la Universidad Nacional.

En el evento, organizado por la Coordinación de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular (CODEIC), Lomelí Vanegas expuso que “reflexionar sobre nuestro quehacer, los desafíos, motivación, la importancia de poseer el conocimiento y de saberlo transmitir, es una excelente forma de conmemorar el Día del Maestro”. Acompañado de Melchor Sánchez Mendiola, titular de la CODEIC, el secretario general subrayó que el foro es una buena manera de festejar a los educadores.

“Invita a reflexionar sobre el reto de ser docente en el nivel medio superior y superior, en una institución trascendente como la UNAM”. En tanto, Sánchez Mendiola resaltó que la importancia de los maestros sigue vigente.

“En muchos países, como México, hay un retorno a la centralidad del docente en la educación, como principal agente de cambio. La educación es, en esencia, un acto de amor, una especie de autoegoísmo, de transformar al otro transformándonos a nosotros mismos en el proceso”.

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