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QUERÉTARO, Qro., 27 de julio de 2024.- El Cáncer de Cabeza y Cuello (CCYC) abarca un conjunto de neoplasias que se originan en cuatro áreas anatómicas principales: la cavidad oral, la cavidad nasosinusal, la faringe y la laringe. La prognosis y el tratamiento varían según el origen del tumor, lo que hace crucial su detección temprana para mejorar las tasas de supervivencia. No obstante, muchos casos son diagnosticados en etapas avanzadas.
A nivel mundial, el CCYC es el séptimo tipo de cáncer más común, con 1,1 millones de nuevos casos reportados anualmente. Afecta predominantemente a hombres, con una relación de dos casos en hombres por cada mujer diagnosticada. Las tumoraciones son más frecuentes en la cavidad oral, especialmente en la lengua, y se observan mayoritariamente en pacientes de entre 40 y 70 años.
Diversos factores de riesgo están asociados con el CCYC, como la mala higiene bucal, la falta de atención a lesiones bucales y la exposición ocupacional a ciertos productos químicos en industrias como la madera, el metal y los textiles. Sin embargo, un dato relevante es que más del 85% de los pacientes con este tipo de cáncer tienen antecedentes de consumo excesivo de alcohol o tabaco.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) es otro factor de riesgo significativo para el desarrollo de CCYC, ya que puede inducir cambios celulares que, con el tiempo, pueden convertirse en cáncer. Las infecciones por este virus suelen no presentar síntomas y pueden persistir durante años antes de que se desarrolle el cáncer.
En México, se atienden anualmente cuatro mil casos de cáncer de cabeza y cuello. Ha habido un aumento en los diagnósticos asociados al VPH, estimándose que entre el 25% y el 30% de estos cánceres están relacionados con el virus. Particularmente, los cánceres orofaríngeos representan el 70% de los casos vinculados al VPH.