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ACAPULCO, Gro., 22 de marzo de 2019.- Vecinos del barrio La Guinea, ubicado atrás de la Catedral Nuestra Señora de la Soledad, en el Centro de la ciudad, padecen la escasez de agua potable, lo que se ha convertido en un problema social que afecta sus bolsillos. Una de las afectadas es Patricia Vélez Lugano, quien se dedica a la venta de comida y botanas para ayudar a su esposo con los gastos de la casa.
En entrevista para Quadratín con motivo del Día del Agua, señaló que pasan 15 y hasta 30 días sin que llegue el líquido. Aseguró que cuando llega a haber, de inmediato sacan cubetas, garrafones y tambos para llenar y apartar el agua, que sólo les sirve para unos cuantos días.
Sin embargo, reprochó que llega sin presión, ya que en la entrada de la calle principal, hay una fuga en una tubería, sin que la autoridad la repare.
“En ocasiones tenemos enfermos y si no tenemos ese líquido lamentablemente no podemos atender de la forma correcta y adecuada a nuestros familiares, y en ese aspecto sí nos afecta demasiado cuando en realidad no deben de suspendernos el agua”, expresó.
Dijo que en su casa vive con su esposo y sus tres hijos, y por la falta de agua han tenido que comprar garrafones para su aseo personal y el lavado de trastes, lo que se convierte en un gasto innecesario, que asciende a 300 pesos semanales, además que las camionetas repartidoras tardan en surtir el producto.
“También ellos (los repartidores) no tienen agua, antes era del diario, ahora lo hacen entre cada tercer o cuarto día y así poder venderla”, lamentó.
No obstante, reprochó que pese a la falta del servicio, los recibos sí llegan puntuales, “cobran el agua pero no nos surten, en esa situación está mal, porque si nos están cobrando, mínimo deberíamos de tenerlo y nos tienen que estar surtiendo”, sentenció.
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