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QUERÉTARO, Qro., 2 de noviembre de 2023.- En México el 1 y 2 de noviembre se celebra el Día de Muertos, sin embargo el 1 de noviembre es denominado el Día de todos los Santos mientras que el 2 de noviembre es conocido como Día de los Fieles Difuntos, una tradición ancestral que tiene sus orígenes desde la época del México prehispánico, y la cuál se adaptó a raíz de la conquista.
El Día de los Fieles Difuntos surgió de la mezcla de celebraciones católicas y costumbres indígenas, durante la época prehispánica, el pueblo de Teotihuacán rendía homenajes a los difuntos en grandes rituales, mostrando su respeto por la muerte.
Los pobladores creían que la muerte era otra etapa más del ser, por lo que era necesario celebrarlo, de este modo, creían que cuando una persona fallecía, comenzaba un viaje hacia el Mitclán, el inframundo.
En la creencia prehispánica del Mictlán, que significa lugar de los muertos, era considerado el lugar del descanso eterno para las almas de quienes habían dejado el plano terrenal y el cual fue creado por los dioses.
Según la leyenda para llegar a este sitio, se realiza un viaje de cuatro años, tiempo en que se tarda un cuerpo en descomponerse, atravesando obstáculos que midían la fortaleza del espíritu de una persona.
El recorrido está dividido en niveles, los cuales se representan en el Códice Florentino y el Códice Vaticano A , unque ambos documentos muestran representaciones sobre el inframundo, presentan diferencias.
El Códice Florentino representa 8 niveles: Dos cerros que chocan; Culebra que aguarda el camino; Lugar de la lagartija verde; Ocho páramos; Ocho collados; Viento frío de navajas; Río Chiconahuapan y el Mictlán.
Mientras que el Códice Florentino representa 9 niveles: La Tierra (Tlaltecuhtli); Pasadero de agua; Montañas que se juntan; Montaña de obsidiana; Lugar donde sopla el viento de obsidiana; Lugar donde tremolan las banderas; lugar donde se flecha la gente; lugar donde son comidos los corazones y el lugar sin orificio para el humo
Tras superar las pruebas las almas llegaban a las puertas del Mictlán, en donde el señor de la muerte Mictlantecuhtli y la diosa Mictlancihuatl recibían a las almas que cumplieron con el viaje.
Además del Mictlán, la leyenda relata que existen otros 3 lugares a donde llegan las almas, según la manera en la que murieron:
El Chichihuacuauhco: A este lugar llegaban los niños fallecidos en donde un gran árbol los amamanta hasta el momento de nacer de nuevo
El Tlalocan: Un paraiso del acuático cuyo señor era el dios Tláloc y su reino estaba reservado para las personas cuya muerte tuvo que ver con el agua.
El Tonatiuh Ilhuícatl: Este cielo está regido por el dios Sol y estaba reservado para los guerreros, así como para los sacrificados en tributo y mujeres que fallecieron durante el parto.
Tras la evangelización de los nativos mexicanos, dichas prácticas ancestrales como el enterrar a los difuntos en la casa cambiaron, ahora se depositaban los restos de sus seres queridos en las iglesias, donde realizaban ofrendas.
Hoy en día, continúa la tradición de las ofrendas como los altares, donde se coloca comida, fotografías y pertenencias del difunto que le agradaban en vida, es espera de que regresen del lugar de los muertos a visitar a sus seres queridos.
También se tiene la costumbre de acudir a los panteones para realizar ofrendas, adornando las tumbas y llevando música alegre.