Libros de ayer y hoy
1.- El sexenio del presidente López Obrador entró en el tiempo histórico de los 30
últimos días de septiembre y con la continuidad del sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo
habrá tiempo, espacio y fuerza para completar la reforma al Estado neoliberal salinista y
reconstruir el Estado social anterior a 1982.
2.- Al estudiar los cambios políticos, el ensayista marxista italiano Antonio Gramsci
escribió que hay ocasiones en que el viejo régimen no ha muerto y el nuevo todavía no ha
nacido, y entonces aparecen en las situaciones mórbidas que algunos traductores refieren
como monstruos. Al explicar el fracaso de su transición, Gorbachov dijo que se debió a
que el viejo régimen no había muerto y el nuevo régimen no alcanzaba a nacer.
3.- La disputa por la mayoría mexicana que va a asumir el país en los próximos 30
intensos días estará entre los representantes minoritarios del nuevo régimen neoliberal
1982-2018 que no supieron construir como un verdadero tránsito de una economía
pública a una economía de mercado utilitario y las fuerzas del viejo Estado social que
tampoco van a representar una transición y que se agotarán en una mera alternancia de
grupo.
4.- El punto clave se localiza en el hecho de que Carlos Salinas de Gortari, Ernesto
Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto no representaron una transición
de sistema/régimen/Estado/Constitución, porque la intención de Salinas de Gortari en su
sexenio fue encontrarle una salida al fardo del fraude electoral del 6 de julio que le iba a
impedir gobernar, a pesar del acuerdo político secreto con el PAN.
5.- Una transición implica un acuerdo pactado entre todas las fuerzas políticas,
sociales, económicas, intelectuales y partidistas para dar por terminado un modelo de
país que había padecido una grave crisis económica en el período 1968-1982. Lo que se ha
vendido como modelo Woldenberg de transición no fueron sino simples reformas de
autoridades electorales para respetar el voto, pero sin modificar las estructuras
nacionales que determinaban los comportamientos de las fuerzas sociales en pugna.
6.- La victoria electoral de Morena y el presidente López Obrador en 2018 y 2024
tampoco sentó las bases de una verdadera transición, sino que se basó sobre todo en la
construcción de una mayoría político-electoral que conquistara la mayoría calificada en
las dos cámaras y una muy holgada mayoría absoluta en la votación presidencial. El
proyecto de reforma neoliberal de López Obrador padecerá las mismas limitaciones y
contenciones que la contrarreforma neoliberal de Salinas: la ausencia de un diagnóstico
sobre la disfuncionalidad del modelo de desarrollo, las desavenencias entre los factores
de la producción como clases y la debilidad partidista, y solo dependerá de una mayoría
basada en una figura típicamente bonapartista en su liderazgo.
7.- Desde la crisis del pacto estabilizador en 1968 –potenciada de manera
inconsciente por estudiantes que solo querían reivindicaciones mínimas y castigos contra
el autoritarismo–, la estructura del poder político en México perdió el elemento
fundacional del régimen en la Constitución de 1917: el consenso en torno a un proyecto
social y a un modelo de poder político funcional, y el país inició en 1970 un ciclo que de
manera muy certera ha definido el investigador Miguel Basáñez y que aquí se ha
comentado varias veces: la lucha por la hegemonía, es decir el acopio de fuerzas sociales
en torno no a clases productivas sino a bloques de poder entre los empresarios y sus
beneficios que fueron perdiendo ante el populismo de los setentas y las clases productivas
no propietarias que fueron viendo que paulatinamente se perdían los beneficios que le
había dado la Revolución Mexicana a través de la Constitución: el Estado como tutelar del
bienestar de los trabajadores y como garante de los campesinos como clase productiva.
8.- El sexenio de López Obrador y lo que se perfila del sexenio de Sheinbaum Pardo
adelantan el escenario de una nueva fase de la lucha por la hegemonía, es decir la
construcción de bloques de poder dominantes entre los empresarios como alma del
neoliberalismo salinista y los grupos no propietarios que se empobrecieron y cuyo
bienestar depende del asistencialismo del hoy bloque hegemónico de Morena.
9.- Durante el primer mes de la nueva legislatura que será el último mes de la
presidencia terminal de López Obrador, México entrará en una nueva lucha por la
hegemonía que hasta ahora van ganando los lopezobradoristas y que el bloque
conservador no ha podido sentar las bases mínimas de una verdadera hegemonía que
antes la encabezaron los presidentes del neoliberalismo.
10.- Las batallas en el nuevo congreso este mes de septiembre deben leerse como
acopio de fuerzas sociales, políticas y productivas de Morena y el lopezobradorismo.
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Política para dummies: la política es una versión de la lucha de clases.
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