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Presunto ladrón fue enviado a prisión por robo en El Pedregoso, SJR
QUERÉTARO, Qro., 10 de diciembre de 2018.- Las narices rojas, los grandes zapatos y los vestuarios de colores chillantes, llegaron hasta el templo de La Cruz. Son un centena de payasos que celebran con una misa el Día Internacional del Payaso.
La ceremonia religiosa se llevó a cabo a las 14:00 horas, cuando tradicionalmente se hace a las 15:00 horas, dice el payaso Hormiguín de la Hormiguera, quien dice no llegó a tiempo.
“Hace años, cuando era niño, me interesaba mucho trabajar en un circo, pero no como payaso, sino como domador, malabarista o algo. Luego, en una festividad del Día del Niño, cuando ya tenía dos hijos, me pregunté porqué no me vestía de payaso, para hacerles a mis hijos un festival en la casa. Fue cuando lo hice, me gustó, sentí el carisma el payaso.
Mi vestuario no es como el que traigo ahora, me vestimenta era diferente, mi maquillaje era de (grasa) zapatos. Me gustó, me adentré en el arte del payaso, y supe que había congresos, convenciones, encuentros nacionales e internacionales de payasos. Fui a prepararme y pulí el arte del payaso, desde magia, globoflexia, caracterización, vestuario, todo lo que rodea al payaso”, abunda.
Los payasos recorren las calles en caravana. Literalmente detienen el tránsito. Sobre la plataforma de una grúa, las bateas de pick ups o pie, los payasos dan color a las calles queretanas. Las caras de los niños que los ven se iluminan con su presencia.
Algunos de los payasitos, mandan saludos a las cámaras que les toman fotos, e incluso se toman selfies con los transeúntes que quieren conservar el momento en sus dispositivos.
Gerardo Alanís Hernández es la “identidad secreta” de Hormiguín de la Hormiguera, quien desde hace 25 años se dedica a hacer reír a chicos y grandes, señala que ser payaso es difícil, pues “no cualquiera entra en los zapatos de un payaso”.
“Hay mucha competencia. Inclusive en Querétaro, ya hay más de 120 payasos del estado, más los que vienen de fuera”, precisa.
A pesar del congestionamiento que se forma en la calle de Manuel Acuña, nadie toca el claxon. Los automovilistas observan divertidos a los payasos que avanzan mientras saludan a los peatones, en especial a los niños, los más contentos con el inusual espectáculo del lunes por la tarde.