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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de octubre de 2018.- Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en métodos de control biológico para contrarrestar los daños causados por la plaga del pulgón amarillo del sorgo (Melanaphis sacchari) en cultivos de al menos 24 estados del país, mediante la utilización de sus depredadores naturales y con ello evitar el uso de sustancias químicas, así como pérdidas millonarias.
De acuerdo a un comunicado del IPN, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, lo ha considerado como una plaga de importancia económica, ya que ha dañado los cultivos de sorgo, avena, caña de azúcar, trigo y cebada, además que se aloja en otras plantas como arroz, maíz y zacate Johnson.
De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo, Pesca y Alimentación (Sagarpa), las cosechas de sorgo en Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, alcanzan los cinco mil 198 millones de toneladas anuales, con un valor de 17 mil 200 millones de pesos, mismos que se han visto mermados pues en algunos estados las pérdidas representan hasta 100 por ciento.
El doctor Alfredo Jiménez Pérez, adscrito al laboratorio de Interacciones Planta-Insecto del Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (Ceprobi), explicó que en el 2013, llegó el pulgón amarillo a México, proveniente de Estados Unidos y por ser de reciente introducción al país, se desconocía cómo controlarlo.
Entonces se optó por utilizar insecticidas sintéticos que causaron daños a plantíos, a los organismos benéficos y al medio ambiente, pero no se resolvió el problema, aseguró el responsable de la investigación.
Como la evidencia mostró que la aplicación de insecticidas no controló a las poblaciones del insecto, en 2016 se intentó su control biológico mediante liberaciones masivas de su depredador, la especie Chrysoperla sp, también conocidas como crisopa verde, mosca de ojos dorados o león de los áfidos, que son sus enemigos naturales.
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